Una nueva generación que se muestra más activa por el hecho de estar conectada a las tecnologías, dispuesta a participar en procesos, que busca hacer escuchar sus ideas y preocupada de su calidad de vida laboral, está gestando cambios en el interior de las empresas.

A este grupo que se está insertando en el ámbito laboral, cuyas edades oscilan entre 25 y 30 años, se lo conoce como la generación Y o Millennials. Y los especialistas dicen que, a diferencia de otras, esta no solo busca un trabajo por una simple remuneración, sino que lo satisfaga y permita tener nuevas experiencias.

“Estos ya no viven para trabajar, trabajan para vivir y eso cambia con el concepto anterior. Hoy esa generación busca un trabajo entretenido, que le satisfaga, que los ayude a desarrollar”, asegura Juan Urmeneta, experto chileno en gestión estratégica y de personas.

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Urmeneta, quien fue uno de los expositores de la Jornada Latinoamérica de Responsabilidad Social Empresarial que se efectuó el viernes en Guayaquil, explica que la incorporación de ese grupo es una de las tendencias laborales que están marcando variantes en las compañías, en un intento por adecuarse con esa realidad.

En el camino están surgiendo instrumentos que están siendo aplicados por las empresas para medir el grado de satisfacción de sus colaboradores y su identificación con la firma.

En Chile, por ejemplo, la Asociación Chilena de Seguridad optó por usar el ‘balance social’, un instrumento de unos 20 indicadores que intenta conocer la calidad de vida laboral de las personas. A través de este se trata de conocer cómo los trabajadores perciben el sistema de remuneración, la seguridad, el desarrollo, entre otros.

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Juan López, presidente de la Unión Internacional de Empresarios Católicos, entidad que pondera el desarrollo de las personas como un componente de la Responsabilidad Social Empresarial, sostiene que hoy es necesario que las empresas no solo se preocupen por lo técnico y profesional, sino por el desarrollo humano, en el que la participación debe ser clave.

“Una persona que siente que en su empresa se le toma en cuenta, entonces se da la lealtad”, afirma López, quien cree que a través de actividades como la elaboración de un censo social se puede conocer aspectos de los trabajadores.

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Según John Chiriboga, especialista en dirección de empresas, ahora la rentabilidad no solo se mide en una dimensión financiera, sino también en términos sociales y ambientales.