QUITO
.- La carrera de Derecho la llevó a Riobamba a realizar prácticas profesionales en los años 80. Nina Pacari Vega Conejo, quien entonces era estudiante de la Universidad Central del Ecuador, vio allí de cerca el trato que daban a los indígenas sus patronos: no les pagaban sueldo, les daban un lugar en el piso para dormir y sobras de comida.

El trato no era ajeno al lugar de donde provenía: Cotacachi (Imbabura). Esas escenas que se repetían en la ciudad la motivaban a defender los derechos de los indígenas. A través de un taller cultural inspirado en las enseñanzas de monseñor Leonidas Proaño fue profundizando el conocimiento sobre derechos. Su padre quiso que sea maestra, pero ella creyó que la mejor manera de incidir era a través de las leyes.

Mientras defendía un caso "un terrateniente gritó: esta india qué te va a poder defender, no ha de poder". Al final, ganó el juicio al terrateniente. Él fue a parar a la cárcel, recuerda Julia Serrano, su amiga misionera desde hace más de 25 años.

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Hasta los 18 años se llamó María Estela, lo cambió porque quiso un nombre que esté acorde a su identidad. En quichua Nina Pacari significa Fuego de Amanecer. El nombre es como su ropa: inseparable. Siempre viste camisa blanca bordada, falda negra y blanca rematada por una faja tejida de colores, alpargatas, pulseras de coral rojo y collares amarillos.

Desde pequeña acompañaba a su padre, José Manuel Vega, a sus viajes de vendedor de sacos y mantas de lana por Colombia. Esos viajes luego le sucedieron en la vida política y social, tiene una foto en una pared de la sala de su departamento en Quito, donde saluda a Fidel Castro.

Su padre era aficionado a la política y le transmitió la pasión de vincularse a la organización al crear la primera sociedad deportiva indígena en Cotacachi. A todas las reuniones la llevaba para que tomara notas.

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Fue activista en el levantamiento indígena del 90, y ganó una curul en el Congreso, ahí fue la primera mujer en llegar a la Vicepresidencia.

El ex diputado por Pachakutik, Antonio Posso, recuerda que en esa etapa fijaron una línea política de acción acorde a las necesidades de los indígenas, pero también con los grupos que apoyaron este proceso. "Si había una postura ecuánime con los mestizos era ella. Daba ejemplo al resto de indígenas diputados y dirigentes que eran racistas, contrarios a la presencia de los mestizos".

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A pesar de estar en líneas políticas distintas, Cinthya Viteri, asambleísta de MG, considera que Vega es una mujer seria, preparada e inteligente. Ella se opuso fervientemente al Partido Social Cristiano, pero en votaciones de leyes coincidían en la votación. "La detención en firme fue uno de los temas en los que se oponía a rajatabla".

Sus decisiones en la Asamblea que redactó la Constitución de 1998 y luego en el Congreso hizo que la identificaran como de un grupo de élite indígena. Ricardo Ulcuango, ex presidente de la Ecuarunari, lo niega y cree que esa visión es por su formación académica y por ser parte de organizaciones nacionales.

Uno de sus hitos fue ser la primera ministra indígena de Relaciones Exteriores en el régimen de Lucio Gutiérrez. El Palacio de Najas suplió los grises tonos medievales por colores andinos de la huipala. Cambió el protocolo y la política exterior, pero renunció cuando el Gobierno estaba en crisis.

Sus cercanas colaboradoras la describen como "estricta, exigente, trabajadora e incansable". De carácter fuerte pero también tierna y dulce, sobre todo si se trata de su familia adoptiva. Cuidó a dos niños junto con su amiga Julia cuando los padres murieron. Daniel y Rosa María pronto serán médicos. Estudian en Cuba. "Ellos son sus consentidos", cuenta Julia.

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Lejos del calor de hogar otros retos le tenía planeado en la política su bloque Pachakutik. Fue propuesta para el Tribunal Constitucional (TC). Encabezó la terna por el Congreso en medio de la crisis política desatada por la convocatoria a consulta del régimen de Rafael Correa para cambiar la Constitución.

Con la vigencia de la Constitución de Montecristi, ese Tribunal cesó en funciones y los vocales se autoproclamaron magistrados de la Corte Constitucional. En esa instancia ha tenido que salvar su voto en demandas que no han favorecido a los indígenas, dice su amiga.

Ahora está en sus manos elaborar el informe para que la Corte califique o no las preguntas planteadas por Correa para reformar la Constitución. A él le contestó la semana pasada que no estará sujeta a presiones ni a bravuconadas, a prejuicios o racismo: "Trabajaré con la responsabilidad que me caracteriza". Los que la conocen afirman que su decisión será apegada a derecho, firme y sin temores.

NINA PACARI VEGA

EDAD
50 años
CARGO
Miembro de la Corte Constitucional.
FAMILIA
Es la segunda de ocho hermanos. Soltera. Crió a dos niños huérfanos.
REFERENCIAS
Ejerció como abogada en las organizaciones indígenas nacionales y regionales como la Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie) y la Ecuarunari, filial de la Sierra de la Conaie.