Los aficionados por las corridas de toros y gallos están desconcertados por la pregunta de la consulta popular que busca prohibir los espectáculos públicos donde se maten animales.

Reprochan que el Ejecutivo pretenda eliminar una tradición que es parte importante de la cultura de una localidad, que no siempre implica el deceso del animal, según dicen.

El presidente Rafael Correa expuso dos razones para incluir este punto: la eliminación de la violencia en todas sus formas y los derechos de la naturaleza.

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El pasado lunes en cadena nacional, Correa afirmó que la interrogante hacía referencia a las corridas de toros, pero en la pregunta no consta así. Esta dice: “Con la finalidad de evitar la muerte de un animal por simple diversión, ¿está usted de acuerdo en prohibir, en su respectiva jurisdicción cantonal, los espectáculos públicos donde se mate animales?”.

El analista y aficionado por la tauromaquia, Santiago Aguilar, expresó su preocupación por la poca claridad del texto y teme que “todo derivará en la prohibición de todo espectáculo”.

Sostuvo además que se está irrespetando el derecho de las personas a elegir qué quieren ver. “Esto es parte de la demostración de intolerancia con la que se está gobernando”.

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Con él coincidió el concejal de Quito, Fabricio Villamar, quien acotó que se quiere restringir los gustos de la gente. “A mí me parece que es un absoluto desatino consultar esto públicamente porque estás consultando en definitiva un tema de gustos o un tema cultural. La cultura no se cambia por votos”, dijo el pasado martes en entrevista con canal Uno.

En tanto, el presidente de la Unión de Toreros del Ecuador, Milton Calahorrano, calificó a la pregunta de inconstitucional ya que atenta contra la “libertad cultural” de cada uno, señaló a la agencia de noticias Efe.

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En Manabí, una provincia donde varios habitantes gustan de las peleas de gallos, el tema genera varias reacciones.

Julio Espinoza cría gallos desde hace más de tres décadas en Portoviejo, y asegura que a diferencia de las peleas de perros o toros, las de estas aves no generan violencia alguna. “Incluso se puede comer la carne del animal luego de morir en un combate”, sostuvo el gallero.

Para Alberto Miranda, de la Fundación Fortaleza de la Identidad Manabita, la práctica debe ser conservada como tradición mientras respete la vida de los gallos.

“Es una crueldad la pelea de gallos; si se la puede seguir haciendo sin muerte sería ideal pero eso también acabaría con el entusiasmo”.

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El director de la fundación Protección Animal de Ecuador (PAE), Fernando Arroyo, consideró positivo que por primera vez en la historia se esté generando un debate sobre un tema que no había sido discutido: los derechos de los animales.

Recordó que la Constitución aprobada en Montecristi otorgó derechos a la naturaleza y por tanto no se puede atentar contra la vida de los animales, declaró a Efe.

Los toreros y galleros aseguraron que sí respetan esto pero que el planteamiento es inconstitucional. Para mañana, la Unión Nacional de Espectáculos Tradicionales del Ecuador, que agrupa a ambos sectores, hará una marcha en Quito.