“Hoy, a punto de morir, solo me resta por decir: Vivan con alegría y gocen la vida, porque quién sabe si en la próxima sea don Pedrito quien nos reciba”.

Así reza el testamento de Don Monigote, un año viejo de 14 centímetros, listo para ser quemado el 31 de diciembre dentro del hogar o la oficina.

El año pasado –por primera vez– se fabricaron 2 mil unidades, teniendo una devolución de entre 30 y 40, mientras que para este 2010 se hicieron 5 mil en cuatro colores, cada uno con diferente significado: rojo, amor; negro, poder; verde, dinero; y azul, salud.

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El minimuñeco –elaborado en tela de fácil combustión, plumón, papel picado– viene en una caja en la que además se incluyen una bandeja de lata metálica, una minilibreta para anotar los deseos para el nuevo año, un ritual mágico, una bolsa de polvos mágicos (incienso, mirra, palo santo, romero), fósforos, lija para prender los fósforos, dos caretas de un hombre y una mujer o que pueden ser personalizadas.

Cuatro miembros de la familia Velasco (Vicente, el padre; y tres hijos: Cristian, María Cristina y Danny ) intervienen en la producción y el financiamiento de este proyecto que tiene dos objetivos: preservar la naturaleza y mantener la tradición de despedir el año quemando un monigote.

La producción arranca a fines de agosto y genera trabajo a unas 20 personas entre mano de obra directa e indirecta.

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Se recomienda no quemar el muñeco sobre superficies inflamables, debe hacerlo un adulto; manipular la lata con cuidado, porque puede calentarse con el calor; guardar en un lugar seco fuera del alcance de los niños.

Para que no haya problemas se sugiere colocarlo sobre una tabla de picar y esparcir encima los polvos mágicos, escribir los deseos de quien va a quemar el minimonigote, ponerlos sobre él y prenderle fuego.

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La llama al quemar el producto es controlada y su combustión dura diez minutos.

La idea del minimonigote surgió de María Cristina, pero la familia envía a elaborar el producto donde Santiago Pérez, un artesano de peluches.

Los Velasco se encargan de comprar las latas, hacen las cajas y otros elementos.

El muñeco fue inscrito el año pasado en el Instituto Ecuatoriano de Propiedad Intelectual (IEPI) para evitar plagios.

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La inversión familiar alcanza los $ 8 mil y se aspira a que este año las ganancias sean del 20%. Cada integrante tiene sus propias actividades, por lo que se dedican a esta labor los fines de semana y las noches mientras hay personal contratado para al armada.

El pasado lunes se realizaba la armada de los últimos 600 monigotes que luego distribuirían en los puntos de venta.

Distribución: El producto se comercializa en Quito, Guayaquil, Cuenca, Loja, Riobamba y Manta.

En internet: La web donde se exhibe es: www.donmonigote.com.