Último bombardeo en campamento guerrillero hace evidente infiltración de FARC en colegio.

Con dinero, celulares y regalos, gente de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) recluta a menores de edad ecuatorianos. Cada vez se suman historias y testimonios de cómo opera la guerrilla en la frontera.

La muerte de Doris Cadena, de 14 años, oriunda del caserío La Fama (de Sucumbíos), en un campamento de la guerrilla asentado en tierra colombiana, reveló el hecho que aumenta la zozobra en las familias que habitan en el cordón fronterizo.

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La adolescente fue una de las 16 víctimas del bombardeo del Ejército del vecino país a una célula del Frente 48 de las FARC, el pasado 15 de noviembre, a 700 metros de la línea de frontera. También murió el menor colombiano Jimmy López, de 12 años, que tenía visa de refugiado concedida por Ecuador, en el 2007.

Ambos cursaban el ciclo básico del colegio fiscomisional La Merced de la parroquia rural Santa Bárbara, de la provincia de Sucumbíos, que limita con la parroquia colombiana La Victoria, jurisdicción controlada por las FARC.

Doris era interna del hogar juvenil La Merced y compartía su habitación con ocho niñas más, y allí logró convencer a otra compañera para llevarla a la guerrilla. La chica de 16 años, del décimo año de educación básica, cuenta que iba a sumarse a Jimmy y Doris, pero el día que se disponía a irse fue detectada por el director y la llevó de regreso a casa. Ahora está agradecida, “porque yo también estuviera muerta”.

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Por ella se conoce que el plan trazado para los adolescentes era primero pasar un tiempo en el campamento de Nariño, luego serían trasladados a los sitios de operaciones que la guerrilla tiene en el Putumayo (Colombia), donde serían sometidos a entrenamiento.

La joven contactada por las FARC dice que estaba decidida a irse a la guerrilla, pero después de ver cómo murieron sus compañeros, descarta esa posibilidad y se siente agradecida con las personas que le salvaron la vida al impedir que se fuera. “Yo me iba a ir por voluntad propia, nadie me exigía. Mi compañera me dijo que allá nos dan de todo, nos dan dinero y muchas cosas”, confiesa la menor que dice cambió de planes: Viajará a la capital para seguir estudiando, ya no quiere saber nada de las FARC.

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Según los registros de asistencia del colegio, Jimmy dejó de ir a clases desde el 27 de octubre y Doris, el 5 de noviembre. Sus pupitres fueron retirados del aula, pero sus compañeros los recuerdan: “Era conocido cuando Doris llegaba al cuarto, siempre ingresaba haciendo relajo y nos despertaba a todas”, cuenta una joven. “A Jimmy le gustaba ver películas de guerra, siempre decía que le gustaría echar bala, pero yo pensé que se haría al cuartel pero no a la guerrilla”, dice otro.

Sus compañeros de clases y los docentes aseguran que nunca notaron ningún comportamiento dudoso en la pareja de estudiantes que los haga sospechar de sus intenciones de vincularse al grupo guerrillero colombiano, “para todos fue sorpresa, su forma de ser en el colegio no daba para pensar que harían lo que han hecho”, dice Patricia Narváez, rectora del plantel La Merced, donde estudian 134 alumnos.

Entre los pobladores se comenta que los grupos al margen de la ley que operan en Colombia les ofrecerían a los jóvenes una vida llena de comodidades, dinero, fama, poder, estudios y mucho más. Doris se habría ilusionado por un celular.

A los maestros les preocupa la forma en que la guerrilla se infiltró en la institución, por ello buscan estrategias para motivar a los jóvenes y evitar que más estudiantes se dejen convencer por las ofertas que les hace la guerrilla. “Vamos a estar más vigilantes de ellos, saber a dónde van y con quiénes se juntan para comunicar a sus padres”, comenta la rectora.

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El administrador de la iglesia San Miguel de Sucumbíos, el padre Rafael Ibarguren, teme que las FARC se infiltren en colegios que regenta la iglesia en otros puntos de la frontera con Colombia. “Es un problema que está muy difundido en el mundo de hoy, todos estamos afectados con problemas similares”, sostuvo.

En la parroquia hay preocupación por posibles represalias en contra de los jóvenes o sus familias que se enteraron de los planes que tenían estudiantes para vincularse a las FARC.

Según pobladores, una red estructurada de colaboradores, informantes, milicianos opera en este lugar de la frontera. Los moradores aseguraron que además de convencer a hombres y mujeres a ingresar a las filas de la insurgencia, la red se encarga de abastecer con víveres, armamento, municiones, combustible para el Frente 48.

Los jóvenes entre 14 y 15 años, de familias pobres y en muchos casos desintegradas, son los más vulnerables para el reclutamiento a través de donaciones de dinero, celulares, ropa, entre otras cosas.

“Todos sabemos cómo se mueven los del monte (guerrilleros), pero aquí tenemos que ver, oír y callar. No denunciamos por las amenazas, la gente tiene temor”, comenta un poblador de La Bonita, ubicada en este sector montañoso.

El alcalde de Sucumbíos, Ernesto Buitrón, manifiesta que la muerte de Cadena y López “confirmaron los rumores” sobre el reclutamiento de niños a las FARC. “Esto viene desde hace tiempo. Nos preocupa sobremanera la inseguridad porque es una tensión muy fuerte. No se puede hablar ni en bien ni en mal”, expresó.

Sin embargo, Ruperto López, padre del niño fallecido en el bombardeo, insistió en que no conocía nada sobre la vinculación de su hijo con las FARC. Al ser entrevistado por este Diario, en su vivienda de dos pisos de madera y techo de zinc, en la parroquia Santa Bárbara, contesta molesto: “Mi hijo ya está muerto, qué más quieren. La prensa quiere meterme en huevonadas”.

Moradores de esta parroquia señalaron que una persona cercana a la familia López sería el miliciano de las FARC encargado del reclutamiento de los menores y que tendría visa de refugiado.

La rectora del colegio La Merced asegura estar vigilada, no precisó por quiénes, por la información proporcionada de los estudiantes a los medios de comunicación y por hablar abiertamente del problema de la inseguridad. “El problema de Colombia nos tiene bastante tensos, estamos entre la espada y la pared. Es una situación que nos obliga a guardar silencio”.

El presidente de la junta parroquial de Santa Bárbara, Luis Lagos, sostiene que solicitaron ayuda inmediata al Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) y al Gobierno, para realizar una campaña de concienciación a los jóvenes y evitar la persuasión de los grupos irregulares armados.

El reclutamiento a menores se concentra en las provincias de Carchi, Sucumbíos y Esmeraldas. A más de las FARC, organizaciones criminales de paramilitares desmovilizados, como los denominados Rastrojos y Águilas Negras, buscan a jóvenes para sumarse a sus filas.

El ex director de la desaparecida Unidad de Investigaciones Especiales de la Policía, Manuel Silva, quien investigó los nexos de las FARC en Ecuador, señala que los niños se vinculan a la guerrilla como raspachinos (recogedores de hoja de coca) o mulas, y las mujeres como informantes y también para servicios sexuale|s.

“La militancia de ahí está a un paso, ya sea a la fuerza o por propio consentimiento de los padres”, comenta.

Los servicios de Inteligencia militar y policial descubrieron que a lo largo de la frontera, especialmente en las poblaciones de Santa Rosa, Barranca Bermeja, Puerto Nuevo, La Bonita, el reclutamiento era liderado por el ciudadano colombiano Freddy Castillo, un miliciano de las FARC, con visa de refugiado, quien habría desaparecido en los últimos meses.

Para controles
Nuevo destacamento
Para intensificar el control en las provincias de Carchi y Sucumbíos las Fuerzas Armadas inaugurarán un nuevo control militar que se construye en la parroquia Santa Bárbara. Son cinco instalaciones con capacidad para albergar a 30 uniformados, y pertenece al grupo de Caballería 36 Yaguachi del Ejército, con base en Ibarra. Con ello se reforzará el control con patrullajes en esta zona permeable de la frontera, por la influencia en la población de grupos irregulares armados de Colombia.

Reunión con ministro
El alcalde de Sucumbíos, Ernesto Buitrón, dice que en el sector de La Bonita se construyó hace más de un año un destacamento policial pero que hasta ahora no ha sido utilizado porque no hay policías disponibles. Por esa razón solicita al ministro de Seguridad Interna y Externa, Miguel Carvajal, que ordene la designación de uniformados. Con este funcionario las autoridades seccionales del cordón fronterizo se reunirán el próximo jueves en Lago Agrio, para analizar el problema de la inseguridad,

Testimonio: Ofertas de la guerrilla
Estudiante
16 años
“Yo me iba a ir por voluntad propia, nadie me exigía. Mi compañera (Doris Cadena) me dijo que allá nos dan de todo, nos dan dinero y muchas cosas”.