La pregunta ¿Cuál es el sexo de...? Hombre o mujer, que se plantea en el cuestionario del Censo de Población y Vivienda que se realizará el domingo próximo, no debería inquietar a Diane Rodríguez, muy segura respecto de su identidad sexual y de lo femenina que luce. Pero su voz grave, que delata su pasado, le hace replantearse la pregunta, pues tiene dudas sobre cómo será identificada por el encuestador.

Diane, de 27 años, preside la organización femenina de transgéneros Silueta X, con sede en Guayaquil, y cree que en la papeleta censal se debió incluir una pregunta que permita a las personas en similares condiciones a las de su grupo identificarse sexualmente, como ocurre con la pregunta relacionada a las etnias. “Esto deja ver la falta de asesoría que tienen estas instituciones”, dice, al resaltar que aunque la Constitución vigente (artículo 66, literal 9) garantiza “el derecho a tomar decisiones libres, informadas, voluntarias y responsables sobre su sexualidad, y su vida y orientación sexual...”, aún hay limitaciones dentro de la sociedad para incluirlos.

“Consto en la cédula como hombre (en referencia a la M de masculino que aparece en su documento de identidad) y no sé a qué regirme, porque es un censo, es algo oficial. ¿Dirán que estoy falseando la información?”, se pregunta.

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Sin embargo, en las charlas que impartieron la semana anterior los maestros preparados por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), a los estudiantes de colegios, la instrucción es clara: “Si usted ve que es hombre, pero él le dice ‘soy mujer’, señale la opción mujer en la papeleta”, o “tienen que poner lo que ellos dicen, sin necesidad de verificarlo”.

La directora regional del INEC, Jéssica Menéndez, afirma, incluso, que a los encuestadores “solo les compete confiar en la información que suministren las personas”. Esto, en relación a consultas sobre el número de focos ahorradores, de los cuartos que posee la casa y de otros ítems que constan en el cuestionario.

Gonzalo Abarca, de 57 años y defensor de los derechos de los GLBT (Gays, Lesbianas, Bisexuales y Transgéneros), cuenta que en su caso no hay problema. “Yo soy bisexual, pero me considero hombre y así me pondré. La confusión es para mi novia, que es transgénero. Creo que se pondrá Jacinto, su nombre original, para evitar problemas”, comenta. No obstante, cree que por estos casos la información que dejará el censo, por ejemplo, en cuanto a empleo, educación, fecundidad y mortalidad será irreal, porque no reflejará la situación de estos “grupos fáciles de identificar pero que son excluidos”.

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Según el último Censo de Población y Vivienda realizado en el 2001, del total de la población de ese entonces (12’090.804 habitantes) el 50,4% (6’094.245) eran mujeres y el 49,5% (5,9 millones) eran hombres, sin distingo de los GLBT.

Observaciones: a las preguntas
Población real
Diane Rodríguez, miembro de una comunidad GLBT, afirma que más que estadístico, contar con datos reales de esa población sería vital para emprender programas direccionados a su beneficio.

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Hubo filtro
Según el director del INEC, Byron Villacís, la petición de los GLBT sobre una pregunta acerca de ellos no fue la única que recibió el Instituto. Dijo que hubo un filtro para dejar 71 preguntas en la boleta. Se recibieron casi 400 para ser consideradas en el censo.