La madrugada del martes 9 de noviembre, los termómetros de la estación meteorológica Isabamba, en el sur de Quito, captaron la temperatura más baja registrada en los últimos 25 años para la capital: 3,5 °C.

Representa el descenso más significativo para los meses de noviembre desde 1985, anota Antonio Rodríguez, técnico de Climatología del Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inamhi), quien sostiene que aquel año se reportó una temperatura de 2,6 °C en la misma estación (Isabamba).

Es también el tercer índice más bajo para este mes desde 1965, pues en 1984 se registraron 2,0 °C. Desde 1985 a la fecha, los promedios mínimos de noviembre han fluctuado entre 5 y 7 °C, apunta Rodríguez.

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Los registros de este año oscilan entre 7 y 10 °C, pero el estado del tiempo en la capital ha presentado situaciones “anómalas”, dice Alejandro Terán, del Departamento de Pronósticos. Refiere que por eso la temperatura baja “de un día para otro”, entre 3 y 4 °C.

Explica que hay masas de aire frío en movimiento que causan los descensos en determinados sitios y que estas provendrían de las nubosidades que vienen de Colombia, que actualmente es asolada por temporales.

Sostiene que estas anomalías son monitoreadas por el Inamhi para los siguientes pronósticos meteorológicos, pues inciden en la producción de lluvias que en estos días son intensas en la región Interandina.

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El martes pasado, el exceso de precipitación colapsó el sistema de lagunas de oxidación en el cantón Pelileo, provincia de Tungurahua, estimó el Cuerpo de Bomberos de esa urbe. Causó una avalancha de lodo que arrasó con animales y arruinó siete hectáreas de cultivos.

Pero la ola de frío se evidencia en toda la Sierra. El miércoles pasado, el Inamhi reportó 8,8 °C en Tulcán, 5,3 °C en Cotopaxi, 6,6 °C en Cañar, como las temperaturas más bajas para la Sierra ecuatoriana.

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En Quito, el frío hizo que los ciudadanos desempolvaran sus abrigos, bufandas y guantes debido al frío que impera en la ciudad. Días bastante nublados, con lluvia, es el panorama diario.

Ayer en la capital aparecieron unos pequeños rayos solares que calentaron por horas a la ciudad. Sin embargo, nuevamente volvió a llover. Cecilia Narváez, quien vive en la zona de la Vicentina, contó que el martes fue para ella el día más frío que ha sentido en años.

Salió de su casa cubierta con poncho a comprar pan, pero por el frío extremo volvió a su vivienda a colocarse, además, otro saco. La quiteña asegura que durante esta semana su ropa no ha podido secarse por las torrenciales lluvias, “el aguacero se desquitó todo lo que no ha llovido”, sonríe la mujer. Según el Inamhi, las temperaturas en la ciudad bordean los 8 y 10 grados. Esta estación de frío y de lluvia se prolongará hasta enero, según sus pronósticos.

Carlos Acero, un taxista contó que por las lluvias estuvo atrapado más de media hora en el centro de la ciudad. La fila era larga y no podía moverse.

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El mal tiempo provocó que los vuelos nacionales e internacionales que se realizan desde el aeropuerto Mariscal Sucre sufran retrasos durante varias ocasiones.

Mientras, en la Costa, donde a inicios de noviembre se evidenció una ola de frío, ya hace calor. A inicios de mes, en Salinas promediaron los 14 °C; ayer el Inamhi reportó 20,7 °C.

Jorge Cárdenas, director del Instituto Oceanográfico de la Armada, dijo que hacia el mar ecuatoriano se acercaban desde Panamá corrientes de agua cálidas que iban a influir en el aumento de temperatura.

Las garúas, que también eran frecuentes, esta semana se han ausentado de la Península.

Detalles: Operaciones aéreas
Aeropuerto
Funcionarios del aeropuerto Mariscal Sucre dijeron que por cinco, diez y hasta quince minutos se han detenido las operaciones en la terminal por la espera de que mejoren las condiciones climáticas para los aterrizajes y despegues.

Maniobras
Sobrevolar a la espera de mejor clima o aterrizar en pistas alternas son opciones de pilotos en estos casos.