AFP
CUENCA.- Cuenca ha visto emigrar a miles de sus hijos en busca de mejor suerte, pero hoy vive un fenómeno inverso: jubilados extranjeros, especialmente estadounidenses, anhelan cumplir en esa ciudad ecuatoriana el sueño de una vejez en paz.

Clima primaveral la mayor parte del año, ritmo de vida apacible, arquitectura colonial imponente y gran actividad cultural hacen de esta una de las ciudades del país con mejores condiciones para vivir.

No en vano su reputación traspasó los Andes: en 2009 la revista International Living la escogió como destino número uno para pensionados y la guía Lonely Planet la incluyó entre las diez ciudades del mundo para visitar ese año, mientras que en 2008 National Geographic la destacó como una de las mejor conservadas.

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Ya en 1999 el Fondo de la ONU para la Educación y la Cultura (Unesco) la había declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad.

Atraídos por su fama de remanso, cada vez más jubilados foráneos llegan a esta urbe de iglesias eclécticas y calles empedradas, bañada por cuatro ríos. Su objetivo inicial es explorar, para lo cual rentan casas, y luego deciden si se quedan.

Edward Sites, un estadounidense retirado de 63 años, dio el primer paso en mayo y esta semana irá con su esposa Ricky, de 67, a Guayaquil para recoger el menaje que viene en barco desde Oregón, en el noroeste de Estados Unidos.

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"Estamos moviendo nuestra casa en un contenedor y construyendo una aquí", cuenta este abogado durante una reunión con compatriotas recién conocidos que meditan la decisión.

Los Sites se radicaron en Cuenca (305 km al sur de Quito y de 500.000 habitantes) por la tranquilidad, el clima y el costo de vida, según dicen en el restaurante de Jenny y Chris Bluefields, un matrimonio australiano cincuentón que llegó en 2008.

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"Los médicos tienen buen trato personal, muchos se especializaron en Estados Unidos y no cobran tanto. En mi país es demasiado caro. Podemos vivir aquí sin gastar todo nuestro dinero", afirma el hombre.

Destaca que ahora disfrutará los beneficios de la tercera edad en Ecuador como boletos de avión, impuestos y servicios más baratos.

Además tendrá Internet gratis en plazas públicas y cerca de los ríos de la ciudad "más equitativa y feliz" de Ecuador, según un sondeo de la firma Advance Consultora.

Larry Daily y Linda Powers, un matrimonio de Minnesota (centro-oeste de EEUU), y su coterráneo Jozff Barabek, quien vive en Los Angeles (California, oeste), lo escuchan con atención. "Estamos considerando vivir aquí", señaló Daily.

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"No es algo científico, necesito saber cómo sienten mi corazón y mi cabeza", indicó Barabek, ingeniero civil de 62 años.

Según el presidente regional de la Asociación de Bienes Raíces, Marco Rodríguez, desde 2008 unas 200 viviendas fueron compradas por pensionados extranjeros en Cuenca, donde viven unos 800 estadounidenses.

"Esto seguirá creciendo", estima, y asegura que los jubilados invierten de 100.000 a 250.000 dólares, siendo la mayoría parejas estadounidenses (70%), seguidas de inglesas, alemanas y canadienses.

Este fenómeno originó un negocio, en el que firmas de bienes raíces buscan captar a retirados por Internet.

Tal es el caso de Joseph Vause, ex combatiente de Vietnam de 65 años y socio de Rodríguez. "La economía de Estados Unidos es un problema, más aún si tienes plata (por los impuestos). Aquí hay un increíble potencial para los gringos", sostiene.

Vause tiene "en carpeta" a 300 nuevos clientes y espera concretar negocios con el 30%. Estos agentes aseguran que una propiedad en Cuenca cuesta la mitad que en Estados Unidos y 400% menos que en Europa.

Lee Dubs, ex profesor universitario de 69 años, y su esposa Carol son pioneros de esta migración. Hace siete años, tras jubilarse, se establecieron en Cuenca, pero no se sienten parte de la "invasión".

"No vine escapando de nada ni buscando mucho, nos gusta la ciudad", aclara, señalando que ahora "hay razones económicas: muchos están a punto de jubilarse pero no tienen suficiente dinero o han perdido ahorros (por la crisis)".

Pero Dubs, que tiene una librería y enseña español a sus compatriotas, cree exagerados algunos comentarios sobre el bajo costo de vida y los precios de algunos inmuebles, y aconseja vivir aquí al menos seis meses antes de decidir.

Para Edward, sin embargo, la gente que quiere vivir en Cuenca "no es estúpida", hace investigaciones previas. "Simplemente es un lugar simpático y un país más amable con los viejos que el nuestro", justifica.