Erdwin Cueva
LOJA.- Muy animado, característico en su personaje, entró el cómico mexicano Carlos Villagrána uno de los salones del hotel Howard Johnson en donde lo esperaban más de una decena de periodistas, con los cuales bromeó e hizo reír.

Empezó hablando de la disolución del grupo que participó en "El Chavo del 8", y comenta que fue un grupo totalmente exitoso.

"Nos metimos a la casa de ustedes durante 37 años sin permiso. Fue un programa que ahorita a nivel mundial es un fenómeno tremendo. Se desintegró el grupo y cada quien siguió por su lado. Don Ramón tiene más de 20 años de fallecido, la bruja del 71 también ya falleció, Godines, el hermano de Chespirito ya falleció, Chespirito, cada vez que se duerme lo velan" dice bromeando y afirma que su trabajo es ser comediante.

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Dice que jamás se imaginaron que el programa y cada personaje iban a penetrar con tanta trascendencia en Latinoamérica y en países como Corea, Brasil, Rusia y otros. "Esa es la ventaja que el programa va ya digerido", dice.

Destaca la cantidad de valores que tiene el programa, "nunca hacíamos papeles de afeminados, nunca nos vestimos de mujer, no hacíamos borrachos, no promovíamos el sexo, no generamos violencia, decíamos puras estupideces bien hechas, y en el programa cada quien tenía su propia personalidad. La estrella del programa era el programa" afirma.

Recuerda a Don Ramón como alguien muy tierno, "un pan de Dios. Yo tenían que ir a Bolivia y fui a ver a Ramón Valdéz en el hospital. Lo abracé y empecé a llorar porque sabía que cuando regrese ya no lo iba a ver, y me dijo -ya no llores cachetón, más allá te espero-, y le digo -allá con nuestro señor- y me contestó, -no te hagas el tonto, abajo te espero- Siempre estaba bromeando. Era divino. Todo el grupo le aprendimos muchas cosas. Era Mister Ritmo, un comediante genial" afirma un poco nostálgico.

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Agradece a Dios y a la gente por el éxito alcanzado, "si tuviera que pagar con mi vida, no alcanzaría. Me han regalado muchísimas cosas que estoy escribiendo un libro de agradecimiento, para que sientan lo que realmente he sentido a través de los 37 años de hacer a Kiko, con anécdotas de lo que me ha sucedido".

Admite que nuca le han ofrecido ser político, y de haber tenido la oferta, la hubiera rechazado.

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Comenta que ha sido invitado a centros nocturnos con el personaje de Kiko, situación que ha evitado por el humor blanco que tiene.

"Yo siempre he tratado de conservar la personalidad del personaje. Lo emocionante de ahora de estar en el circo es la despedida después de 37 años de hacer el personaje. Decirle adiós a la gente para mí es muy importante. Poder estirar la mano y estrechar la mano del abuelo, del padre, del hijo y porque no del bebé. Son cuatro generaciones que han visto este personaje.

"Ir al circo es ver las caras, ver que todo el mundo se divierte, que yo me divierto con la gente" dice.

Kiko se presenta desde el viernes 22 y hasta el domingo 24 en una carpa de circo ubicada al sur de la ciudad, junto al centro comercial La Pradera, en lo que ha denominado su gira de despedida.

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"Mi peor enemigo es un niño que sale en la televisión, que soy yo mismo con 37 años menos. Hay una diferencia muy grande. Por respeto a ustedes mismo, al público, por respeto al personaje, hay un momento que hay que saber decir -ahí nos vemos- y esta gira es de despedida. Loja será la última ciudad que me vea como Kiko. Luego cuelgo los tenis" dice.

A su llegada a Loja comió "cecina" (carne asada de cerdo), un plato típico de esta región admitiendo que le gustó el plato, "he estado en tantos lugares que he comido de todo, y puedo decir que esto si me gustó".