Lo que más temía la familia Quijije Bajaña, tras la desaparición de los hermanos Jefferson y Christian, de 26 y 23 años, respectivamente, aconteció.

Ambos aparecieron muertos flotando cerca de la orilla del estero Salado, a la altura del primer puente de la vía Perimetral, en el sur de Guayaquil.

Jefferson fue hallado a las 09:00 del viernes y Christian a la misma hora de ayer. Las víctimas tenían las manos amarradas hacia atrás.

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Tras el levantamiento del cadáver del mayor de los hermanos, el fiscal Víctor León comprobó que tenía una piola amarrada a su cuello, por lo que se presume que fue ahorcado.

León indicó que junto al cadáver se encontró un escrito que supuestamente decía: “La mafia no perdona, esto te pasa por sapo (...)”. La misiva habría sido firmada por alias Cubano y alias Caimán.

No obstante, durante el levantamiento del cadáver de Christian solo se comprobó que este tenía las manos atadas. El cuerpo fue llevado a la morgue por orden de la fiscal Carmen Martínez.

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Jefferson y Christian desaparecieron la tarde del pasado jueves después de que el primero fue a recoger a su hermano a la Universidad Agraria, donde trabajaba como guardia.

Según Betty Bajaña, sus hijos la llamaron por teléfono a las 15:20 del jueves y le dijeron que se dirigían a la casa en el auto Lada blanco, de placa GPC-704, en el que Jefferson trabajaba como taxista informal.

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“Desde entonces no supimos más de ellos, los llamábamos pero no respondían”, dijo ese día Guillermo Quijije, padre de las víctimas.

Familiares descartan que los jóvenes hayan sido amenazados de muerte o estado involucrados en algún problema.

El día de la desaparición Christian recién había cobrado su sueldo. “Tampoco aparecen el celular ni el carro”, dijo Johnny Quijije, tío de ambos.