AFP
QUITO.- Militares mantenían este viernes acordonada la sede del gobierno ecuatoriano en Quito, donde el presidente Rafael Correa cumplía actividades de despacho tras permanecer secuestrado en un hospital por policías que se sublevaron el jueves.

Los soldados armados con fusiles montaron un nutrido cerco alrededor del Palacio de Carondelet, en el centro colonial, e impedían el ingreso incluso de simpatizantes de Correa, que con banderas del movimiento oficialista Alianza País intentaban aproximarse para expresar su apoyo al mandatario.

"Nadie puede pasar por orden superior", dijo un militar a un grupo de partidarios mientras otros requerían credenciales a los periodistas para permitirles el acceso.

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Entretanto, Correa cumplía actividades en su despacho -según la agenda oficial- luego de que en la noche del jueves fuera rescatado en un operativo militar que dejó dos muertos y 37 heridos durante un fuerte cruce de balas con policías insubordinados.