Recientemente llegó a mis manos el Ranking Iberoamericano SIR 2010, una publicación que tiene como objetivo analizar y evaluar la investigación científica de las universidades de los países latinoamericanos y España y Portugal. Para ello considera las publicaciones y citas de textos “incluidas en el índice de citas Scopus producido por Elsevier. Scopus es la mayor base de datos científica del mundo con más de 20.000 publicaciones científicas, incluyendo más de 17.000 revistas peer review, libros y actas de congresos”. El ranking incluye trabajos citados o publicados en el 2008 y cuyas universidades tienen otras publicaciones entre el 2002 y el 2008.

¿Qué resultados arroja? Pues, claramente las universidades con más publicaciones son aquellas de España, Brasil, México y a cierta distancia Argentina y Chile. La universidad de mayor calidad científica es la Universidad de Sao Paulo, seguida por la UNAM mexicana y la Universidad Estadual de Campinas en Brasil, por encima de las universidades españolas y portuguesas. Al analizar la calidad de las publicaciones medidas por el número de citaciones y la permanencia de tiempo como referencia académica y hacerlo con relación a la media mundial, son las universidades españolas, portuguesas y brasileñas las que están en ventaja. Uno de los elementos centrales del posicionamiento de los países de mejor calidad universitaria es su colaboración en redes científicas globales.

¿Cómo nos va a las universidades ecuatorianas? Pues, apenas diez de todas las sesenta y más nacionales tienen trabajos publicados o con referencia. ¡Países como Colombia, Perú, Venezuela y Costa Rica tienen muchísimo mejor desempeño! De las 607 universidades, politécnicas y centros universitarios, la ecuatoriana mejor rankeada con el número 244 y número 167 si se consideran solo las latinoamericanas, es la Universidad San Francisco de Quito, seguida por la Pontificia Universidad Católica del Ecuador, cuyos números son 291 y 206 y por la Escuela Politécnica Nacional con 297 y 211. Les siguen pero ya más allá de la mitad de la tabla, la Universidad Central del Ecuador, la Católica Santiago de Guayaquil y la Universidad de Cuenca.

Me pregunto si la nueva Ley Orgánica de Educación Superior ayudará a reposicionar a nuestras universidades y su capacidad científica, a la altura de una sociedad y de una economía que requieren cada vez más conocimiento, calidad, competitividad, capacidades y talentos. Leyendo el texto que tiene el Presidente para su análisis y eventualmente veto, me da la impresión que ella pone mucho énfasis en títulos, en la necesidad de PhD y maestrías, lo que me parece muy bien, pero muy poco en producción científica del sistema universitario. Por ejemplo, no encontré referencias a que los profesores titulares, para ser tales, publiquen en revistas referenciadas, exigencia que se limita a los rectores. No encontré exigencias de que los títulos acordados, sean dados por universidades rankeadas internacionalmente y tengo pavor que se encuentren caminos fáciles para conseguirlo en universidades de tercera, que ofrecen títulos por internet. Tampoco la evaluación de las universidades considera la cantidad y calidad de su producción académica.

Sé que tal vez es un sueño de largo plazo para el país, pero nuestra universidad debe tener como su norte, posicionar su capacidad científica en el mundo académico regional y global para volvernos una sociedad con oportunidades para todos.