El ecosistema manglar se caracteriza por abundante lodo y agua, entre dulce y salada. Las raíces aéreas de los mangles, especie característica, convierten al sitio en una guardería de cientos de peces, moluscos, crustáceos, adonde los grandes depredadores no pueden llegar, al menos no en la actualidad. Y las ramas largas y hojas anchas de los mangles se convertían en refugio ideal de reptiles y aves. Ahí es el hogar de otra especie insigne de la ciudad, la iguana verde. Ahí es el hogar de la almeja, jaiba, garza blanca y morena, y hace ya varios lustros también fue el refugio del cocodrilo. Los animales que quedan luchan por desarrollar anticuerpos para la contaminación del agua, por los desechos que llegan a él.