EFE
Betanzos, España.-
En 1875 un albardero gallego, Claudino Pita, decidió homenajear la
festividad de San Roque construyendo un globo de papel. Desde entonces,
la familia Pita cumple cada año con esta tradición: elevar en la
localidad coruñesa de Betanzos, en España, el aerostato de papel más
grande del mundo.

"Tenemos la obligación moral de hacerlo",
comenta el nieto de Claudino, Emilio Pita. El globo, de 25 metros de
alto por 50 de circunferencia, es, a día de hoy, uno de los grandes
atractivos del verano en Galicia, congregando cada 16 de agosto a más
de 50.000 personas en la plaza central de la localidad coruñesa de
Betanzos.

Uno a uno, la familia Pita va colocando los 160
kilogramos de papel hasta dar forma a 16 cuarterones, pegados con
ungüento especial, una mezcla a base de harina de centeno macho cocida
con agua que un antepasado de la familia, Lucas Pita, utilizaba ya para
tratar el cuero en sus labores como albardero.

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En la boca del
aerostato, separado tras un aro de madera, un cesto de alambre alberga
otro de los secretos del aparato: un fuego encendido con una mecha
mezcla de paja y aceite que, debido a la diferencia de temperatura,
impulsa el globo "a merced de los vientos", como dejó escrito el propio
Álvaro Cunqueiro.

Los globos de papel son una tradición medieval
en esta localidad gallega; los libros de historia dicen que la
invención de estos aerostatos corresponde a los chinos, en Occidente su
llegada se debió a Marco Polo y, supuestamente, uno de sus ayudantes
fue quien introdujo en Betanzos la pasión por los globos de papel.

Durante
el siglo XIX las celebraciones y acontecimientos que allí tenían lugar,
como la visita del repuesto rey Fernando VII, se conmemoraban con el
lanzamiento de uno de estos globos. Hasta 1875.

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La decoración del
globo, secreta hasta su lanzamiento, corre a cargo de artistas locales
e internacionales como Sito Miramontes o Luis Galán.

Los 16 cuarterones dan cabida a caricaturas, chistes y viñetas. Socarronería de actualidad.

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Es
el propio Emilio quien supervisa todo el proyecto. Llevan trabajando
desde el pasado 1 de mayo y todavía deben coser las cintas que sirven
de armazón al globo.

Todo este trabajo para un vuelo de apenas dos
horas, aunque por algo es desde 1875 el aerostato de papel más grande
del mundo y orgullo de la familia Pita y de Betanzos.