Alfredo Noriega, narrador y dramaturgo, presentó el pasado 20 de julio su nueva novela: Tan solo morir. Explica que es la continuación del libro De que nada se sabe, que inspiró la película Cuando me toque a mí, dirigida por Víctor Arregui.

¿El título del libro no es un poco trágico?
Sí, pero creo que da la tónica de lo que va a ser el relato, pienso que en el título está un poco la filosofía del texto. ¿Qué es la vida?, ¿qué es la existencia, solamente morir?, ¿estamos viviendo para llegar a eso?, ¿cómo se vive en una ciudad, en un país donde la muerte finalmente está muy presente? Esa es la pregunta, ¿no? Esa es una de las ideas del texto; y me parece que en ese sentido el título recobra esta idea central.

¿Es una continuación de De que nada se sabe?
Bueno, yo escribí primero De que nada se sabe sin pensar en una trilogía, sin pensar en una continuación. Escribí sobre el médico legista, sobre la muerte, sobre la vida, sobre los conflictos de la ciudad, y después, cuando empecé a escribir esta novela, no estaba presente el médico legista, pero, finalmente, el texto fue llevándome, conduciéndome nuevamente al legista, a este personaje cuya vida gira en torno a la muerte, y decidí en ese momento continuar este proceso, pero al mismo tiempo que decidí continuarlo me propuse terminarlo también, y me pareció que quizás esto cambie con el tiempo, me pareció que una trilogía era una cosa interesante; este es el segundo volumen y estoy escribiendo el tercero.

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¿Más o menos cuánto tiempo le ha llevado elaborar estos dos textos?
Comencé a escribir De que nada se sabe en 1999 más o menos, lo concluí en dos años, luego hay todo el proceso de reescritura, de trabajo sobre el texto, la cuestión editorial que toma tiempo, y algo similar ocurrió con Tan solo morir, que lo comencé en el 2005 y lo terminé en el 2007.

¿Y entre el primero y el segundo se mantienen los mismos personajes, hay alguna variación?
Digamos que el personaje central es el médico legista, luego aparece otro personaje que está muy presente en De que nada se sabe, que es la madre, Hortensia Armendáriz; luego el padre del legista solamente en una frase; el hermano en una escena en un café y el resto de personajes son nuevos.

¿De dónde vino la idea original de escribir el libro?
Digamos, yo soy una persona en conflicto con el mundo, no veo el mundo como algo simple y sencillo, creo que hay cosas que ocurren, creo que hay cosas que pasan; De que nada se sabe nació en gran medida de una frustración, por un lado, que fue en 1999, cuando comenzó la gran crisis en el Ecuador; no soy un autor de novelas sociales en el sentido estricto, pero esa situación sí generó en mí un deseo de escribir, que de una cierta manera está expresada en el texto; luego esta segunda obra nació simplemente de la idea de escribir un accidente de tránsito, que es muy sencillo, pero en un accidente de tránsito hay una cantidad de conflictos impresionantes.

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¿Sus conflictos se resuelven en el libro?
No, los míos no, nunca, jamás, no es la pretensión en todo caso, simplemente no considero que la escritura sea algo sencillo, es algo complejo; yo sí me he preguntado por qué la escritura, y pienso que es importante que un escritor tenga una relación conflictiva con la sociedad, con el mundo, con la existencia.

¿Se siente identificado con alguno de los dos libros?
A medida que voy avanzando en la escritura voy pasando etapas. No puedo decir que lo que escribí antes me disgusta, sería falso; sin embargo, cuando escribo algo, estoy en ello y luego lo termino y paso a otra cosa, pero nutrido de lo que acabo de hacer.

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¿La adaptación que hizo Víctor Arregui de De que nada se sabe, qué le pareció?
Muy buena, me pareció muy interesante, siempre digo que Víctor hizo esta película a partir de un libro mío, pero con su propio imaginario, con su propio lenguaje, y eso ya me pareció muy bien; ahora, el lenguaje literario y el lenguaje cinematográfico son diferentes; mi proyecto literario no es el mismo proyecto que el de Víctor, pero escribir un libro que luego se hace cine es genial, es muy interesante.

En su campo, ¿hay más posibilidades de desarrollarse en el extranjero que en el Ecuador?
No, es igual, este no es un tema de cómo está organizada la sociedad; sinceramente, yo no creo que escribo porque estoy en París y no creo que si estuviera en Quito eso me hubiese impedido escribir.

¿Espera retornar al Ecuador?
En los 25 años ha habido momentos de mucha nostalgia durante los cuales lo único que yo quería era volver. Por ejemplo, en 1999 y justo en la crisis, siempre hubo un pretexto para no regresar, y uno siempre dice que vuelve a su tierra, la tierra atrae, pero por otro lado estamos en un mundo en el que las personas se mueven cada vez más.

Me encantaría vivir en el Ecuador, siempre estoy pensando en eso, pero el no vivir aquí no me impide seguir siendo quien soy, y creciendo, y buscando, y escribiendo.

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Perfil
Alfredo Noriega estudió en Francia, en donde vive desde hace 25 años. Es licenciado en Lingüística por la Sorbonne Nouvelle Paris III. Ha escrito poemas y obras de teatro y sus artículos se han publicado en revistas y antologías.