AFP
ROMA, Italia.- El jefe del gobierno italiano, Silvio Berlusconi, aceptó este sábado modificar un proyecto de ley muy controvertido sobre las escuchas telefónicas en el marco de una investigación judicial y afirmó que hasta 10 millones de italianos podrían ser "espiados" actualmente.

"Podemos cambiar, enmendar, revisar" la ley ya adoptada en el Senado para restringir las escuchas telefónicas pero "aprobémosla por el interés de todos" evitando "enviarla a las calendas griegas", dijo Berlusconi en un mensaje de video a los "Promotores de la Libertad", un grupo de partidarios.

"Debemos evitar que esta ley conozca la misma suerte que las leyes que no agradan a la izquierda y a los magistrados politizados", lanzó Berlusconi.

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Para el jefe de gobierno italiano "a pesar de lo que afirma la Asociación Nacional de Magistrados, puede que haya en Italia 10 millones de personas espiadas, una cifra sin igual en el resto del mundo".

"El problema es grave: nos espían a todos", agregó Berlusconi afirmando que 150.000 teléfonos están bajo escucha y que si cada uno tiene 50 interlocutores llegamos a 7,5 millones de italianos bajo vigilancia y fácilmente a 10 millones.

En Estados Unidos "con una población seis veces mayor, las escuchas no llegan a las 20.000 personas" y en Francia, Alemania y Gran Bretaña "no llegamos ni a la mitad" de la cantidad de escuchas que hay en Italia, estimó.

Berlusconi se quejó de un "abuso sistemático de las escuchas telefónicas y de su publicación en los periódicos e incluso en la televisión".

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"Nadie cuestiona la utilización de las escuchas en la lucha contra el terrorismo y el crimen organizado y no es cierto que queramos (al restringirlas, ndlr) proteger a una casta, como dicen la izquierda, los magistrados politizados y la prensa izquierdista", argumentó.

La Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) y los eurodiputados pidieron a Italia recientemente revisar su proyecto de ley sobre las escuchas, que hace más difícil su utilización prolongada por la justicia y su difusión en la prensa, cuyos editores podrían verse expuestos a importantes sanciones.