AFP
CIUDAD JUÁREZ, MÉXICO.- El gobierno de México reiteró su reclamo a EE.UU. por uso desproporcionado de fuerza de la Patrulla Fronteriza, tras el asesinato de un menor cerca a un paso limítrofe, que ayer generó indignación en políticos y habitantes de la frontera.

La canciller Patricia Espinosa dijo que México insiste en que haya una investigación exhaustiva y seguirá de cerca los avances de la pesquisa por la muerte del adolescente bajo un puente fronterizo sobre el río Bravo en la conflictiva Ciudad Juárez, vecina de El Paso (Texas).

El Gobierno estadounidense prometió transparencia en la investigación que dirige el FBI, pero ayer una vocera de esta Agencia Federal de Investigaciones dijo que un grupo de soldados mexicanos apuntó sus fusiles para ahuyentar a los agentes de la Patrulla Fronteriza que investigaban la muerte.

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Los padres del adolescente aseguran que fue asesinado en territorio mexicano y que no tenía intención de cruzar a EE.UU. Su cadáver quedó tendido del lado mexicano bajo el puente donde según sus compañeros se encontraba jugando, junto al río que en ese trecho apenas es un hilo de agua.

El departamento de Estado lamentó el hecho y anunció que el guardia que hizo los disparos fue separado del cargo.

La versión inicial de la Patrulla Fronteriza es que uno de sus miembros disparó al ser agredido a pedradas por personas que intentaban cruzar la frontera. Se estima que cada año 500.000 emigrantes tratan de ingresar a Estados Unidos por la línea limítrofe de 3.200 km.

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Jesús Hernández, papá del adolescente, asegura que varios testigos relataron que "el agente cruzó el río (Bravo) y lo mató en México y es un homicidio y acto racista, no defensa como aseguran en la migra (migración estadounidense)".

Espinosa insistió en solicitar que los agentes fronterizos de EE.UU. hagan un "uso proporcionado de la fuerza", pedido similar al que formuló la semana pasada cuando otro mexicano, de 42 años, murió tras una paliza de agentes fronterizos en San Diego, California.

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Mientras, decenas de personas acompañaron ayer a la familia del menor en Ciudad Juárez, ciudad con casi 6.000 asesinatos desde el 2006, sacudida por la violencia del narcotráfico, la más mortal de México.

"Así como ellos (los estadounidenses) exigen justicia y que se aclaren rápido las cosas cuando matan a alguien de ellos en México, que así se exija ahora", pidió María Guadalupe Güereca, madre de la víctima.

En febrero el asesinato de dos estadounidenses en Ciudad Juárez generó la airada reacción de Washington, que una semana después envió a México una delegación de alto nivel con los secretarios de Estado, Hillary Clinton; de Defensa, Robert Gates; y de Seguridad Interna, Janet Napolitano.

A las muertes en estos incidentes fronterizos se suma la tensión generada por la inminente entrada en vigencia de una ley considerada como discriminatoria para los inmigrantes en Arizona, donde viven 460.000 extranjeros que han ingresado en forma ilegal, casi el 90% mexicanos.

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