Decenas de personas aguardaron toda la noche en la orilla del estero Salado con la esperanza de que el cadáver que dos pescadores habían hallado a las 24:00 de ayer no sea el de Franklin Carlin Fernández Carlos, de 36 años, a quien su familia reportó como desaparecido desde el jueves pasado.

El cuerpo flotaba junto al manglar, a dos kilómetros del sector Puerto Lisita, de la cooperativa Cristal, en el Guasmo sur de Guayaquil.

“Cuando estábamos pescando nos topamos con una mano y una pierna, pero no pudimos arrastrarlo porque parece que tenía un peso abajo”, recordó Véliz, quien sostuvo que inmediatamente él y su hijo John avisaron a la Policía.

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“Pero los policías dijeron que los buzos no trabajan en la noche, que en la mañana venían a buscarlo, pero el problema es que ya el cuerpo se ha movido”, indicó el pescador.

A las 07:30 arribaron al sector buzos del Grupo de Operaciones Especiales (GOE), quienes ingresaron al agua con una lancha a motor para iniciar el rescate del cuerpo.

La operación demoró dos horas, según el cabo Carlos Moya, de GOE, quien aseguró que el cadáver fue hallado a ocho metros de profundidad.

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Tenía grandes piedras atadas a sus extremidades y al tórax, así como un trapo en la boca, dos cortes en la cabeza y varios orificios presuntamente producidos por impactos de bala.

En la orilla estaba Marisol Figueroa, conviviente de Fernández, y sus familiares con una foto de él. “Tengo la esperanza de que el cadáver que encontraron no sea el de mi esposo”, dijo.

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No obstante, cuando el cuerpo fue llevado a la orilla se escucharon llantos desgarradores. “Es él, es mi hermano”, gritaba una joven.

Figueroa recordó que a las 19:30 del pasado jueves observó que su conviviente salió en su camioneta Ford blanca, de placa GMK-378, con un sujeto identificado como Pantera. “Y desde entonces no volvió”.

Maribel Fernández, hermana de la víctima, presume que Pantera tiene que ver con el crimen. “ Yo lo acuso a él (Pantera), no le tengo miedo”, dijo.

Fernández aseguró que su familia recibió llamadas telefónicas amenazantes mientras buscaban a su hermano. “Nos dijeron que tenían que matar a dos más de nosotros”.

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Criticó la actuación de la Unase (Unidad Antisecuestro) de la Policía. “Presentamos la denuncia y cuando fuimos a la Unase a pedir ayuda porque conocíamos donde tenían secuestrado a mi hermano, no nos ayudaron”, indicó Fernández.

Juan Ruales, jefe del Comando Guayas del Policía, dijo que iba a investigar la actuación de la Unase en este caso.

Franklin Fernández era comerciante y deja a dos menores en la orfandad.

Manejan cifras diferentes
En tanto, el jefe de la Policía Judicial del Guayas, Edmundo Mera, aseguró, en referencia a los resultados de las investigaciones de crímenes, que de los casos registrados en Guayaquil este año, hasta el 22 mayo, cerca del 10% se ha resuelto.

“Se han contabilizado 252 muertes violentas de las cuales 25 han sido resueltas y hay 20 detenidos en la Penitenciaría”, refirió en la reunión semanal de seguridad en la Gobernación.

En cambio, el fiscal distrital, Antonio Gagliardo, refirió que en la provincia se resuelven el menos el 20% de los crímenes. Según sus estadísticas, entre enero y abril del presente año se denunciaron 430 muertes violentas.

En 376 de los casos se inició etapa de indagación previa, en el resto ya hay juicios instaurados (59 están en instrucción fiscal, 41 con dictamen acusatorio, 6 con dictamen abstentivo y 2 con dictamen mixto).

Apuntes: Otros casos
El Empalme (Guayas)
Daniel Gonzales Lirio, de 30 años, fue encontrado degollado el martes pasado en la esquina del cementerio. Según un testigo, tuvo una pelea con un sujeto inidentificado que lo hirió con el pico de una botella rota.

Buena Fe (Los Ríos)
Maximiliano Carranza, de 62 años, fue muerto a tiros cuando llegaba a su domicilio. Ocurrió la noche del domingo pasado. Dos motorizados que lo aguardaban le dispararon; sus familiares dijeron desconocer las causas.