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SEUL.- Estados Unidos y Corea del Sur advirtieron ayer a Pyongyang que "pagará" por haber torpedeado en marzo la corbeta surcoreana Cheonan, cuyo naufragio se saldó con 46 muertos.

Es "importante enviar a Corea del Norte el mensaje claro de que los actos de provocación tienen consecuencias", dijo la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, en Tokio en rueda de prensa con el ministro japonés de Relaciones Exteriores, Katsuya Okada.

Clinton advirtió que "no podemos permitir que la comunidad internacional no responda a este ataque" y, aunque no precisó a qué acciones internacionales se refería, estas podrían ser desde nuevas sanciones hacia Corea del Norte por el Consejo de Seguridad de la ONU -a pesar de que China podría oponerse a ellas-, hasta un comunicado expresando la condena del organismo mundial.

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Un alto responsable militar surcoreano consideró que el ataque contra el Cheonan es una venganza por un incidente en la frontera marítima entre ambos países en noviembre pasado, en el que un patrullero norcoreano se incendió.

Washington advirtió el jueves que el ataque atribuido a Corea del Norte tendrá "sin duda consecuencias", aunque precisó que sus 28.000 soldados en Corea del Sur no fueron puestos en estado de alerta.

Corea del Sur dijo ayer que sería prudente en su respuesta a la "provocación militar" de Corea del Norte, pero el régimen comunista advirtió que la península "era llevada a la guerra". Pero Seúl ha descartado por ahora una respuesta militar, por miedo a una guerra. "Este incidente es tan serio y grave que debemos ser muy prudentes al tratarlo", dijo Lee.