La Asamblea cerró el segundo y definitivo debate de la Ley de Aguas con la presencia de la dirigencia indígena en el pleno y cientos de manifestantes afuera esperando acuerdos.

Aunque el presidente de la Asamblea, Fernando Cordero (PAIS), dialogó con organizaciones indígenas y se hablaba ayer de un preacuerdo (que el Legislativo nunca confirmó), al anochecer los indígenas reconocieron que no tuvieron acogida y no concretaron nada.

Según el socialista y representante de la Fenocin, Pedro de la Cruz (antes de PAIS), en una reunión convocada por Cordero la tarde del miércoles se había iniciado el diálogo sobre los llamados nudos críticos del proyecto y se estableció que técnicos revisen el proyecto y lo vuelvan a redactar.

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Finalmente eso no se oficializó y nuevamente los indígenas se fueron sin un compromiso formal de la Asamblea para que se incluyan sus propuestas porque Cordero cerró el debate y de acuerdo con la normativa legislativa, ahora queda en manos del presidente de la Comisión de Soberanía Alimentaria, Jaime Abril (PAIS), la redacción de un informe modificado con las observaciones hechas en esta semana con el carácter de indefinido: podría durar días, semanas o meses.

Marlon Santi, de la Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie); Delfín Tenesaca, de la Ecuarunari, y Marco Murillo, asambleísta y representante de la Feine, salieron momentáneamente del pleno (donde estaban como oyentes) para declarar que desde la noche del miércoles no ha avanzado en nada y tampoco se ha llegado a ningún acuerdo.

Murillo negó que se haya conformado una comisión y que en lo único que se quedó es que las organizaciones enviarán su articulado y verán las posibilidades de lograr un acuerdo.

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“El movimiento indígena está enojado porque no hay respuesta de la Asamblea... En PAIS siempre montan shows y esperemos que lo del día de ayer (miércoles) no sea eso también, porque accedió el presidente (Cordero) a una reunión, pero no hay avances; a veces juegan a desmovilizar y a engañar”.

Según Murillo, lo único que sí se logró es que se postergue la votación y se dé tiempo para que las organizaciones presenten sus propuestas.

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La decisión de aplazarla ya la tomó el bloque oficialista en su reunión de bloque del lunes por la noche como una estrategia política para precisamente bajar la presión indígena.

Aunque los indígenas lo niegan, Virgilio Hernández (PAIS) indicó que sí existe una posibilidad de acuerdo, sobre todo en lo que se refiere a la Autoridad Única del Agua.

El Gobierno cuestionó anoche en una cadena de radio y televisión las protestas indígenas en contra de la Ley de Aguas.

El enlace, que duró cinco minutos, mostró imágenes de protestas ocurridas en meses anteriores. Además se aseguró que “persisten ciertos brotes de violencia de cierta dirigencia mezquina que busca imponer sus propios intereses”. Según el Ejecutivo, el proyecto de Ley de Aguas no es privatizador.

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