La historia dice que el término “música disco” se originó en discotecas alternativas en Nueva York, donde disc jockeys tocaban ininterrumpidamente soul, funk y música latina dirigida primordialmente a gays latinos y negros.

De estos comienzos “underground” el fenómeno “disco” desembocó en interminables filas de celebridades esperando ingresar a Studio 54, el epicentro de la música, la moda y el baile.

La película Fiebre de sábado por la noche, de noviembre de 1977, con música de los Bee Gees y John Travolta moviéndose en la pista de baile afianzó aún más la cultura “disco”.

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Ahora el Boogie Wonder Band, en gran presentación en el Centro de Convenciones Guayaquil escenificó la cultura sesentera y setentera en un “mix” absolutamente irresistible que por dos horas y media simuló una mezcla de múltiples canciones en una discoteca, pero tocado en vivo.

Alineados como un equipo de fútbol con dos, a veces tres vocalistas al frente (dos mujeres y un hombre) y guitarras (mujer y hombre) trompeta, saxo, batería, percusión y teclado daban la impresión de ser no solamente un grupo musical, sino una familia y más puntualmente una nueva versión de Sly and the Family Stone, de fines de los sesenta, esto es, varios sexos y razas todos haciendo funk.

Boogie Wonder Band tocó disco y funk bailable derrochando color, coreografía, lentejuelas y voces excepcionales de una blanca, una mulata y un negro que nunca dejaron de moverse y cantar.

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“Burning” dejó claramente establecido que su famoso ingeniero de sonido Michael Weisinger había calibrado los mismos equipos del centro, pero para hacerlos sonar como nunca. Se podía estar parado cómodamente al lado de un parlante perfectamente equilibrado.

Con Born to be Alive y especialmente I Love the Nightlife se comenzó a destacar Marie Claude Petit “Stardust” como la cantante estrella del grupo con una entonación de gran belleza y una capacidad torácica capaz de sostener eternamente. Un espectáculo cantando vestida con un sombrero cowboy, plateado con lentejuelas, hot pants y botas hasta la parte superior de los muslos. Voulez Vous, de Abba, la cantó con Melissa Diallo “Kat Broun”, una mulata muy joven que al final, interpretando a Donna Summer, en “Hot Stuff” vocalizó mejor que la original. De eso se trata con los artistas; no desaprovechar las oportunidades de mostrarse.

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Hombres y mujeres, negros y blancos, vestidos como caricaturas hippies desde el afro del baterista hasta el pelo morado de una guitarrista, este grupo espectacular canta, toca y baila con vibrante carisma, a diferencia de otros artistas que se presentan en Guayaquil para revivir su carrera, están en la cresta de la ola.

Por algo pueden tocar para algún jeque en Dubái como para una fiesta de Donald Trump o quizá algún Rockefeller.

Con Turn the Beat Arond el timbalero y luego el baterista le dieron un giro percusivo netamente original a esta canción, así como a Le Freak que sonó contundente, con un peso insospechado gracias a la descarga timbalera.

De la misma forma mejoraron “Funky Town” con una interpretación de saxo y bajaron el tono para “Fantasy” de Earth, Wind y Fire. Como dijo Luis Vallejo, crítico y renacentista, canciones como That’s the way (I Like it) pueden catalogarse como de “complejidad cero”, sin embargo, las que funcionan tienen una alegría corporal irresistible y así el Boogie Wonder Band terminó con todas las luces haciendo “Stayin Alive” y “Jive Talk”, para finalmente dejar al público bailando con You Should Be Dancing ; es decir, lo mejor de los Bee Gees para el final.

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