AP
BERLÍN.- La canciller Ángela Merkel dijo ayer que el escándalo de abusos sexuales por sacerdotes que sacude al país del papa Benedicto XVI es un gran reto para la sociedad alemana y advirtió que la única forma de lidiar con ello es averiguar la verdad sobre todo lo sucedido.

Los comentarios de Merkel al Parlamento se produjeron en medio de una creciente impaciencia de los católicos alemanes para que el Papa hable sobre el escándalo en su país natal, donde unos 300 ex estudiantes católicos hicieron denuncias de abuso sexual.

En Roma, Benedicto XVI dijo que espera que su próxima carta a los fieles irlandeses sobre el escándalo sexual en la Iglesia de Irlanda, que la firmará mañana, ayude a sanar las heridas allí, pero no mencionó el asunto en Alemania. Además, reconoció que la Iglesia irlandesa había sido sacudida severamente.

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En Alemania, víctimas desde los Alpes Bávaros hasta la norteña Renania han hecho acusaciones públicas similares casi a diario sobre abusos a manos de sacerdotes y maestros, incluyendo en la escuela vinculada al coro de niños de Regensburger Domspatzen, dirigida durante tres décadas por el hermano del Papa, padre Georg Ratzinger.