AGENCIAS-REDACCIÓN
.- Es rubio, viste jeans anchos y camiseta, tiene entre 35 y 40 años y quizás, un diente de plata. Es la única información que se tiene de Banksy, el grafitero más famoso del mundo.
Los organizadores de la Berlinale pensaron que el anonimato de este enigmático artista inglés acabaría el domingo anterior, cuando se estrenó el documental de su vida, Exit Through the Gift Shop. Pero se quedaron con las ganas, porque Banksy no se presentó en el prestigioso festival de cine.
Y es que la fama de este artista callejero parece sostenerse en el misterio de su identidad. En su supuesta ciudad natal son contadas las personas que lo identifican y dan vaga información sobre él. Allí en Yate, cerca de Bristol (Inglaterra), realizó sus primeras obras. Según escribió Banksy en uno de sus libros, se inició con la técnica del spray, pero un día, mientras estaba escondido atrás de un carro de policía, vio que las letras de identificación del auto estaban hechas con estarcidos, y se le ocurrió usar plantillas para acelerar su trabajo.
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Influenciado por el también grafitero francés Blek le Raf, y por el street art neoyorquino, Banksy se caracteriza por realizar graffitis con mensajes antisistema. Policías londinenses orinando en las paredes o besándose entre ellos. Terroristas disparando flores, inocentes niñas con globos y ratas burlándose de la conducta humana son imágenes recurrentes de este hombre, que ha llegado a vender sus pinturas por más de $ 400.000 (así estén pintadas en la calle); ha plasmado sus obras en el muro de Gaza y se ha introducido al museo MOMA (Nueva York) y al Tate Modern (Inglaterra) para colgar sus cuadros sin permiso. Incluso, el British Museum ha dejado su obra Early Man Goes to Market como colección permanente.
Una de sus últimas aventuras vandálicas fue reemplazar 500 discos de Paris Hilton, en 42 tiendas de música en Londres, por otros -creación suya- en los que colocó fotos de la rubia en topless y con una cabeza de perro en lugar de la suya.
Sus grafitis, en Inglaterra y el mundo entero, son más fotografiados por los turistas que algunos parajes naturales y sus souvenires se venden como pan caliente; pero Banksy tiene detractores, aquellos que dicen que lo que se cobra por sus pinturas es irrisorio, que lo suyo es delincuencia y no arte.
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Según Gareth Williams, de la casa de subastas Bonhams, lo más increíble del "fenómeno Banksy" no es su ascenso meteórico ni las sumas que se pagan por sus obras, sino el hecho de que el mismo establishment al que critica de manera satírica lo haya acogido con entusiasmo.
Banksy ha dicho en su página web (banksy.co.uk) que el filme es la historia de un hombre que quiere filmar lo infilmable, y falla. Exit Throught the Gift Shop, según críticos de la Berlinale, va mucho más allá que la obra de un primerizo: es un filme que se gana al espectador del primer plano al último, fundamentado no en Banksy, sino en un auténtico artista: Thierrey Guetta, un obseso del video.
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Guetta, un francés afincado en Estados Unidos, fue el elegido por Banksy para hacer lo que nadie estuvo hasta ahora autorizado a llevar a cabo: seguirle en sus acciones, cámara de video en ristre, y grabarle manos a la obra, sin revelar su identidad. A estrenarse en las salas de cine en marzo próximo (no se ha confirmado si se podrá ver en Ecuador), tiene escenas de escapismo, escaladas de grandes paredes, y mucha, mucha pintura.
Aunque la mayoría de sus obras ya no son borradas del paisaje urbano, sea uno de los artistas más cotizados de la actualidad, y su fama lo haya convertido en algo que critica en sus grafitis, a este vándalo o artista callejero lo tiene sin cuidado. Con los pantalones anchos y camiseta, él seguirá siendo una especie de enmascarado (o encapuchado) contemporáneo, que quiere demostrar que la humanidad no está tan mal como la pinta.
Libros
Banging your head against a brick wall
Existencilism
Cut it Out
Banksy, Wall and Piece
Martin Bull, Banksy Locations and Tours
Steve Wright, Banksy's Bristol: Home Sweet Home