Pese a que el Ministerio de Telecomunicaciones, principal accionista de El Telégrafo, reconoció que “la situación financiera del diario es delicada”, el régimen reiteró ayer su intención de crear un nuevo periódico popular.

Con el nuevo proyecto no solo se aspira a usar parte de la estructura de El Telégrafo, como la nueva rotativa que funcionará en el norte de Guayaquil, sino generar otros ingresos que este rotativo no reporta.

Jorge Glas, ministro de Telecomunicaciones, aseveró que la idea del régimen es generar un diario “más cercano a las clases populares” y que sea sustentable en el tiempo.

Publicidad

El proyecto, dijo, se encuentra en estudio, aunque confirmó que la Junta de Accionistas conoció un informe preliminar y agregó que antes de pasar definitivamente a la Junta de Accionistas deberá revisarlo el nuevo directorio.

“Eso tiene que pasar por un camino, que es el directorio, que tiene que dimensionarlo, aprobarlo o rechazarlo o pedir que se mejore y esa es la línea que estamos construyendo”, manifestó Glas, tras reconocer las dificultades financieras de El Telégrafo. Sin embargo, no precisó cifras.

Tampoco divulgó la inversión que requerirá el nuevo rotativo, pues indicó que aún no se aprueba el presupuesto del 2010 de El Telégrafo ni del nuevo diario. Aseguró que recién están consolidando las pérdidas y han pedido un informe de la situación financiera del diario.

Publicidad

Luego de participar en uno de los talleres del programa Ecuador Digital, el Ministro también rechazó una supuesta injerencia de esta cartera en la línea editorial de El Telégrafo ante la censura que tuvo una nota sobre una reunión de la Junta de Accionistas y que fue publicada ayer en la página 4.

“Nuestra rectoría sobre los medios públicos, y particularmente sobre El Telégrafo que todavía es sociedad anónima, están especificadas en las atribuciones de la Junta General de Accionistas, que no interviene en la línea editorial o manejo de contenidos”, refirió.

Publicidad

Glas no ocultó la existencia de pugnas internas en el matutino. “Debo rechazar esas pugnas internas dentro del diario, (que) han causado un grave problema administrativo que se está resolviendo”.

No descartó que el director del medio, Rubén Montoya, continúe en su cargo, ante los rumores de una supuesta salida por su rechazo a que el nuevo diario se conciba utilizando los recursos de El Telégrafo. “Esa es una opinión que no es parte de la administración”.

Al respecto, el secretario de la Administración, Vinicio Alvarado, calificó como un “apresuramiento muy grande” de algunos funcionarios de El Telégrafo las críticas emitidas a la creación de otro medio  popular.

“No creo que ningún medio esté encerrado simplemente a un formato. Yo pienso que desde la propia iniciativa creativa de dentro de todos los medios tienen dos, tres, cuatro formatos”, dijo Alvarado en alusión a los diarios nacionales que tienen otros productos. Además, resaltó que se está haciendo escándalo que todavía no existe y que se está coartando la propia capacidad creativa del diario.

Publicidad

Cuestionó el prejuicio y la precalificación a estas iniciativas que las señalan como “gobiernistas” y “oficiales”, cuando ni siquiera se conoce su contenido. Sin embargo, reconoció que esa idea salió de inquietudes del Ejecutivo para generar contacto más popular.

Negó que la publicación del diario genere pérdidas al Estado, pues da la posibilidad de que los ciudadanos obtengan un medio público con información de otro perfil. “Son beneficios sociales, no son retornos económicos, pero no es pérdida”.

Detalles: Impresos
Nuevo diario
Una fuente vinculada con el proyecto del diario popular sostuvo que pese a las críticas este “no peligra”, “es autosustentable” y “no le va a quitar rentas a El Telégrafo”. Acotó que el nuevo producto tiene que ayudar a solventar las inversiones, como la compra de la nueva rotativa a un costo de $  17’000.000.

Plazo del proyecto
El equipo que impulsa el nuevo diario tiene hasta la próxima semana para presentar el proyecto y decir cómo se va a financiar.

Menos circulación
Personas relacionadas a El Telégrafo indicaron que la circulación del diario bajó de 40.000 ejemplares a 25.000 para evitar más pérdidas.