La censura de una nota periodística en el diario público El Telégrafo, sobre los temas tratados por su  Junta de Accionistas en la sesión del pasado viernes, atizó la pugna interna en ese medio, originada por la intención del Gobierno de crear un periódico oficial de corte popular con el presupuesto e infraestructura del matutino guayaquileño, y el rechazo de sus directivos a  este proyecto.

El director de El Telégrafo, Rubén Montoya, quien ha reiterado su oposición a que el nuevo medio gubernamental sea concebido con los recursos del diario, publicó ayer un editorial  en el que denunció que “se impidió la publicación” de la nota titulada ‘Junta no resolvió sobre proyecto de diario popular’.

Esto, dijo,  produjo un “desfase” en el diario y “violentó el orden jerárquico interno”, por lo que rechazó algún intento de injerencia “en nombre del nuevo accionista” (el Ministerio de Telecomunicaciones posee el 99% de las acciones). Por ello, Montoya “exigió” al nuevo gerente, Eduardo Intriago, que investigue quién dio y ejecutó la orden de la censura.

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Según periodistas del diario, quien ejecutó la orden fue Marvin Roter, el jefe de producción del rotativo.

Montoya agregó que la nota informativa, “según funcionarios del nuevo accionista, violentaba disposiciones de la Ley de Compañías que impiden publicar datos de una junta”.

La información apareció inicialmente en la edición impresa de la web del periódico (telegrafo.com.ec), pero luego fue reemplazada por publicidad. Entre otros aspectos, señala que además de los puntos previstos en la convocatoria, la Junta “incluyó uno que no estaba anunciado: remover al anterior directorio; el que lo reemplaza tendrá, entre otras tareas, analizar el nuevo proyecto de periódico popular impulsado por  el Gobierno”.

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Este Diario buscó en reiteradas ocasiones las versiones de Intriago y de José Orús, asesor de El Telégrafo y quien impulsa el proyecto del nuevo periódico popular, pero el primero  respondió a través de su asistente que estaba ocupado y el otro dijo que no podía porque hoy estaría en Quito, donde según fuentes extraoficiales mantendría una reunión con el presidente Correa. Montoya y el Ministerio de Telecomunicaciones tampoco respondieron.

Una fuente relacionada con el diario público confirmó que en la sesión del pasado viernes la Junta de Accionistas de El Telégrafo no resolvió sobre la creación del nuevo periódico porque “no hubo acuerdo” y que se presentó la  carta pública de la redacción “respaldada y pagada por 63 firmantes”, que coincide con los criterios del Director. Se dijo también que había que compensar la inversión de la nueva rotativa comprada en Alemania en $ 17’000.000.

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Otra persona vinculada con el proyecto estatal aseguró que el diario popular  “es un hecho”.

La nota censurada también indica que la reunión se realizó a puerta cerrada y que no estuvieron los miembros del directorio, “quienes habían solicitado estar presentes”, ni el Director del diario, “a quien se le informó que no podía estar en la cita”. Asistieron: Carlos Alvear Guzmán, representante del Ministro de Telecomunicaciones; Fabián Delgado, de la auditoría externa de la compañía; Álex Camacho, gerente hasta ese día, entre otros directivos.

Agrega la información que tras las explicaciones que en la sesión ofrecieran los asesores Orús y Marisol Carbo sobre el nuevo proyecto de diario popular, los accionistas aprobaron las gestiones preliminares que ellos habían ejecutado, así como las contrataciones realizadas por el gerente general.

Además ratificaron la contratación de Orús y se dispuso que los asesores entreguen en un plazo de ocho días hábiles el proyecto completo con la finalidad de que el nuevo Directorio “emita sus recomendaciones sobre el tema”.

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Detalles: Polémica
Diario popular
El secretario de Comunicación, Fernando Alvarado, confirmó el pasado martes la creación del nuevo diario oficial de corte popular con los recursos de El Telégrafo.

En desacuerdo
El director de El Telégrafo, Rubén Montoya, señala que pretender construir un nuevo medio sobre el proyecto del diario público es “enterrarlo”.

Tensión
La pugna entre directivos de El Telégrafo y del nuevo proyecto gubernamental genera tensión entre el personal de redacción.