El Ayuntamiento de Vic, 60 km al norte de Barcelona, en donde viven 1.180 ecuatorianos, informará a la Policía de la identidad de inmigrantes indocumentados que se hayan empadronado en la ciudad.

SOS Racismo calificó la medida como “xenófoba”, porque “vulnera los derechos fundamentales de estas personas”.

El asunto radica en que no es necesario ser un residente legal para empadronarse, pero el empadronamiento es obligatorio para acceder a los servicios básicos de salud y educación. Según SOS Racismo, la medida genera un apartheid jurídico, ya que los indocumentados no se empadronarán por temor a ser denunciados, y serán “más invisibles y más discriminados”.

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Entre los 1.180 ecuatorianos, que son el 3% de los 39.000 habitantes de Vic, hay tranquilidad, pues la mayoría de ellos cuentan con los respectivos permisos de residencia y de trabajo, afirma Carlos Ordóñez, presidente de la Asociación de Ecuatorianos en Vic.