Unas por mantener la juventud perdida y otras por corregir aquellas imperfecciones que, a lo mejor, consideraron les restaban belleza. El número de famosas mujeres de la música, el espectáculo y la actuación que tras pasar por el bisturí han cambiado sus rasgos naturales va en aumento.

Entre quienes han querido contrarrestar los signos de la edad están las actrices y cantantes mexicanas Verónica Castro y Lucía Méndez, la argentina Susana Giménez y la venezolana Hilda Abrahamz. La chilena Miriam Hernández, en cambio, engrosa la lista de las que cambiaron sus rasgos, mientras que la azteca Lorena Herrera, de la cara al cuerpo.

Pero en este rubro no es la única. Sus compatriotas Ninel Conde, Pilar Montenegro y Patty Manterola la acompañan, seguidas por una lista casi interminable de artistas latinas y anglosajonas como Cher, Melanie Griffith,  Joan Collins, Meg Ryan, Madonna, Nicolette Sheridan, Giselle Bündchen,  Pamela Anderson...

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Como testimonio de sus paulatinas transformaciones están las fotos del antes y del después, y sus propios fanáticos que, al igual que el tiempo, no perdonan. A la otrora protagonista de la telenovela Colorina, por ejemplo, algunos de sus compatriotas la llaman Cirugía Méndez, en alusión a los numerosos arreglos que, aseguran, se ha practicado.

Lucía Méndez rechaza el apelativo y la crítica, no obstante, admite haberse operado la nariz, los ojos y el busto, y sometido a una lipoescultura.

También ha revelado que la primera intervención estética que se hizo fue en el 2004, pero no corrobora cuántas veces más volvió al quirófano.

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Castro, que además de cantar y protagonizar famosos dramas –como Los ricos también lloran– es presentadora de televisión, hace caso omiso a las críticas y, a diferencia de Méndez, no admite su paso por el quirófano, aun cuando es evidente que sus facciones no son las mismas de cuando empezó su carrera en la década del setenta. A sus casi 58 años luce contadas arrugas y sus labios ahora presentan un mayor grosor.

En páginas webs como www.bellezavenezolana.net se reprocha que Hilda Abrahamz, protagonista en los años noventa de telenovelas como Kaina, haya abusado del  bisturí, del botox y del colágeno para ser “eternamente bella”, como diría Alejandra Guzmán, otra adicta a los cambios quirúrgicos y las ayudas estéticas (en octubre pasado estuvo al borde de la muerte cuando se aplicó un tratamiento para reafirmar los glúteos y este le ocasionó una severa infección por la que incluso fue hospitalizada).

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De Susana Giménez, el portal mundotv.portalmundos.com indica que la ex vedette y ahora presentadora de televisión se redujo el busto,  lipoaspiró los brazos y el abdomen y se puso botox. Para este mes la argentina tendría previsto someterse a una nueva intervención, pero solo para hacer correctivos a su nariz. La artista simplemente no habla del tema.

En el caso de Miriam Hernández, la cantante chilena tampoco ha hecho mayores revelaciones sobre el cambio que dieron sus facciones. Cuando empezó su carrera, a inicios de la década del ochenta,  la intérprete de temas como El hombre que yo amo y Te pareces tanto a él lucía un poco gruesa y tenía los pómulos más pronunciados. Ahora es delgada, pero voluptuosa, y su cara dejó de ser redonda (o rellenita), corroboran sitios como www.periodista.cl.

Otra artista latina que luce un rostro y cuerpo quinceañeros es la mexicana Lorena Herrera, quien niega haberse practicado cirugías y endosa sus atributos a la naturaleza, el ejercicio y una estricta dieta. Al sitio  www.lasnoticiasmexico.com dijo, además, que de haber recurrido al bisturí jamás lo diría porque  “sería como persuadir indirectamente a la gente para que haga lo mismo”.

A diferencia de las latinas, la actriz y cantante estadounidense Cherilyn Sarkisian, mundialmente conocida como Cher, no tiene inconvenientes en confesar la ayuda recibida del bisturí. A sus  más de 60 años, la artista    argumenta de forma muy natural la  veintena de operaciones de cirugía estética practicadas. ¿La razón? “Para una actriz es muy importante cuidar su imagen si quiere seguir en la brecha”, respondió.

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Lo mismo ocurre con Melanie Griffith, a quien no le acompleja confesar que ha pasado por el quirófano en varias ocasiones para mejorar su imagen y mantenerse siempre joven. Pecho, labios, arrugas...

A distancia de ellas, la actriz italiana Sofía Loren, quien casi a sus 60 años luce un cutis terso y un escote que muchas jóvenes desearían, nunca ha confesado haber pasado por el quirófano, Afirma, incluso, que luce así gracias a una buena alimentación y buen descanso.

Loren se muestra contraria a la cirugía plástica y afirma que “hay que quedarse con la cara que se tiene y con las arrugas”. En algún momento contó que cuando comenzó su carrera como actriz le sugirieron que se retocara la nariz, ante lo cual se rebeló porque nunca quiso convertirse en otra.

Otros casos
Fotos de cuando la actriz y cantante Jennifer López inició su carrera demuestran que su nariz no era perfilada como ahora. Varios sitios webs señalan que hizo el cambio para dar armonía a su cara.

Meg Ryan  no ha logrado mantener la expresión dulce y alegre que la caracterizaba después de su arreglo facial.

El aumento de mama es habitual entre las estrellas. Las brasileñas más célebres que han caído rendidas al bisturí para remodelar su busto son la presentadora de televisión María das Grazas Meneghel (Xuxa) y la actriz Vera Fischer.

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