Así lo resaltó esta mañana el ex presidente de la Comisión Técnica del proyecto ITT-Yasuní, Roque Sevilla, quien advirtió hoy que los cuestionamientos del jefe de Estado, Rafael Correa, ponen en peligro la ejecución de esta iniciativa.

En diálogo con Citynoticias (89.3 FM en Guayaquil), Sevilla subrayó que el Ejecutivo no puede explotar en el Parque Nacional Yasuní-ITT sin antes enviar el proyecto a la Asamblea Nacional, y ésta, a su vez, convocar a una consulta popular, como lo dispone la Constitución Política en el artículo 407.

"No es tan fácil la explotación... No es que mañana, él (presidente Rafael Correa) decide la explotación, como lo dijo el sábado en Vinces, que a partir de junio él explota el petróleo", recordó Sevilla.

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Esa iniciativa busca dejar sin explotar un yacimiento petrolero situado en el Parque Nacional Yasuní-ITT, en la Amazonía ecuatoriana, para evitar la contaminación de este lugar a cambio de una compensación económica internacional que sería gestionada en un fideicomiso en el marco de Naciones Unidas.

Sin embargo, el pasado sábado, Correa consideró como "vergonzosas" las condiciones que los posibles países contribuyentes imponen para la conformación del fideicomiso, lo que llevó a la renuncia de uno de los mayores impulsores del proyecto, Roque Sevilla, que se negó a aceptar las críticas del presidente ecuatoriano.

"Esas declaraciones ponen en grave peligro un proyecto que ha sido bandera desde el punto de vista de imagen del Ecuador a nivel internacional", manifestó Sevilla. Por ello cree que el Presidente tiene la obligación de decir "nos equivocamos".

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Roque Sevilla desmintió que los países donantes querían definir lo que se hacía con el fideicomiso, como lo dijo el Jefe de Estado. Por eso considera necesario que el mandatario diga por qué hizo esas declaraciones, cuando la comisión le informó en detalle el pasado 10 de diciembre los adelantos del alcance del proyecto.

La comisión había logrado comprometer por parte de Alemania, Bélgica, España, Francia y Suecia, entre 1.500 y 1.700 millones de dólares, indicó el ex presidente del grupo en Ecuavisa. 

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Además, resaltó la importancia de aprovechar esta oportunidad de pasar de una economía petrolera, "con su secuela de contaminación", de corrupción, de destrucción del medio ambiente", a una postpetrolera, que la energía sea producida por fuentes hídricas, que son renovables, la geotermia, el viento y los sistemas solares.

Con la iniciativa de dejar el petróleo bajo tierra a cambio de la compensación económica de los países desarrollados, se deja de producir gases contaminantes que contribuyen en gran medida al calentamiento global del planeta.

Luego de asegurar que han recibido un apoyo "extraordinario" de estos países durante las visitas que han hecho, Sevilla resaltó que el propio Gobierno ecuatoriano soberanamente decidió crear un fideicomiso internacional que lo maneje Naciones Unidas.

Cómo funciona el fideicomiso
Es un pedido que, en este caso el Estado ecuatoriano, hace a un administrador, que es Naciones Unidas, para que el dinero que reúna ($ 7 mil millones) se inviertan exclusivamente en lo que se indica en el proyecto firmado.

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En este caso, los puntos acordados son: la protección de los parques nacionales ecuatorianos, de las 5 millones de hectáreas que están en manos de los indígenas, un millón de hectáreas de reforestación a lo largo y ancho del país, y especialmente, dijo Sevilla, el cambio de la matriz energética ecuatoriana.

El ministro ecuatoriano de Recursos Naturales No Renovables, Germánico Pinto, aseguró ayer que el proyecto Yasuní-ITT "no está cerrado", pese a la renuncia de Sevilla.