AP
RIAD, Arabia Saudita.- La infancia de un Bin  Laden se llama el libro que escribió Omar, uno de los hijos  de Osama bin Laden, el máximo jefe e ideólogo de Al Qaeda. En él describe que la prole que tuvo Bin Laden -una veintena de hijos- fue criada desde pequeña por un padre autoritario que rechazaba la vida lujosa de su acaudalada familia y también ayuda a dar forma al rompecabezas de lo que sucedió con la enorme familia tras los ataques del 11 de septiembre del 2001.

Omar bin Laden revela que los hijos que vivían con su padre en Afganistán huyeron a Irán luego de la ocupación de ese país. También se supo que una hija, Eman, había buscado refugio en la embajada saudita en Teherán.

A Omar lo ayudó  su madre, Nawja, a escribir el libro, que señala que los niños se criaron en Arabia Saudita, Sudán y Afganistán, sin juguetes ni diversiones; que les pegaban a menudo y que sus mascotas eran utilizadas por los secuaces de su padre para experimentar con gases tóxicos. Cuando llegaban a cierta edad, su padre les pedía que se ofreciesen como voluntarios para misiones suicidas. Cuando Omar protestó, Bin Laden le dijo, según el libro: "Para mí, tú no eres más que cualquier otro hombre o niño del país".

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Omar relata que tras ese episodio su padre finalmente "supo cuál era mi parecer. Mi padre odió a sus enemigos más de lo que quiso a sus hijos. La gente me pregunta por qué me alejé de mi padre. Lo hice porque no quería que nadie decidiese mi destino. Hice lo correcto, porque elegía la vida, la paz".

Osama tenía 17 años cuando se casó con Nawja, de 15 años, que es su prima hermana siria. La pareja vivió en Yida, donde Bin Laden tuvo otras tres esposas. En Yida, donde hace un calor infernal, los Bin Laden no usaban refrigeradores ni acondicionadores de aire.

A principios del noventa Bin Laden se peleó con la familia real saudita y se fue con sus esposas y sus hijos a Sudán, país del que fue obligado a irse, en 1996. Llevó a toda su familia -con excepción de su segunda esposa y los hijos que tuvo con ella, quienes lo habían dejado- a casuchas de piedra, sin electricidad ni agua corriente, en una montaña en Afganistán.

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En su libro, Omar cuenta que un día Bin Laden le habló de cómo pensaba destruir EE.UU. "Me quedé mudo, no sentía el menor entusiasmo con la vida de mi padre. Quería que fuese como otros padres, que se preocupase del trabajo, su familia".