Pío XII en ocasión de Navidad nos dejó jalones importantes de la enseñanza social de la Iglesia; enseñanza que fue una base del Concilio Vaticano II. Paulo VI en ocasión del nuevo año inició el 1 de enero de 1968 los "mensajes de la Jornada Mundial de la Paz". Estos mensajes orientan en realidades que inquietan a la humanidad. Benedicto XVI nos comparte lo que tiene en su mente y en su corazón acerca de la ecología.
El Génesis 3,17-19 enseña, en imágenes, que el hombre es parte de la creación, de la "Pacha Mama"; es parte, pero no una parte cualquiera de la creación. El proceso de creación de miles de millones de años de duración no ha terminado aún. El hombre es administrador para el servicio de todos, no es dueño, menos aún dueño caprichoso. Tiene la tarea de dominar la tierra, es decir, de conocerla y cultivarla. Esta enseñanza bíblica es el núcleo del mensaje de Benedicto XVI.
El hombre no es dueño, aunque así aparezca; el hombre es responsable ante el Creador, ante la "Pacha Mama" y ante la presente y las futuras generaciones.
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Ya en 1971 Paulo VI advirtió diciendo: "La naturaleza corre el riesgo de ser destruida, por una explotación inconsiderada". Juan Pablo II, el 1 de enero 1990, renovó esta advertencia diciendo: "La paz mundial está amenazada por la falta de respeto a la naturaleza". ¿Por qué la ecología es una permanente preocupación de la fe cristiana y, en consecuencia, de los papas? Extraigo del mensaje de Benedicto XVI algunas causas:
- La morada final del hombre es el "cielo"; no puede llegar a él sin caminar en la tierra, de la que es parte y a la que tiene que cultivar.
- "La crisis ecológica está estrechamente vinculada al concepto del hombre, a su relación con sus semejantes y al concepto de desarrollo".
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- "Las situaciones actuales de crisis de carácter económico, alimentario, ambiental son también, en el fondo, crisis morales", cuya raíz es el "egoísmo" de personas y de pueblos. Este egoísmo lleva al acaparamiento, que se pretende conseguir con cualquier medio.
- Los problemas ecológicos "repercuten en el ejercicio de los derechos humanos, como el derecho a la vida, a la alimentación, a la salud".
Como administrador, el hombre ha de "dominar la tierra", es decir, ha de producir más y mejor con ciencia y técnica.
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"Es indispensable un cambio de mentalidad efectivo, que lleve a la solidaridad, a nuevos estilos de vida" responsables, austeros.
"No podemos permanecer indiferentes ante el cambio climático, la desertificación, el deterioro y pérdida de productividad de zonas agrícolas.
Benedicto XVI considera indispensable una solidaridad activa con las personas de hoy, de mañana y de todos los pueblos.
A pesar del semifracaso en Copenhague, el Papa afirma: "Compete a la comunidad internacional y a gobiernos nacionales dar las indicaciones oportunas. para proteger el ambiente", respetando la subsidiaridad, es decir, la responsabilidad de personas e instituciones en cada nivel.
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