Este racionamiento puede durar hasta 48 horas por semana, con el fin de paliar un déficit del 25% de este recurso que el gobierno atribuye a la sequía y la oposición a la mala administración de los recursos hídricos del sector, que está nacionalizado. 

A esto se suman restricciones en la energía eléctrica debido a un sistema colapsado ante la creciente demanda. El plan se detallará en estos días e incluiría recortes programados, límites de consumo y multas.

Para el presidente Hugo Chávez, el capitalismo es el causante de este problema, que se soluciona en parte, según su criterio, con baños de tres minutos y que los ricos no usen piscinas, jacuzzis, ni bañeras. 

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El racionamiento de agua se extenderá hasta mayo próximo, cuando comienza de nuevo la estación de lluvias.

Las restricciones de agua son por zonas. Los hospitales serán atendidos con camiones cisterna o pozos para proteger a los enfermos del racionamiento.

Ayer se observó en Caracas a personas transportando grandes bidones para almacenar agua y a grupos de vecinos organizándose para enfrentar recortes de duración indefinida.

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“Intentaremos aguantar con el tanque del edificio, pero si el corte dura más de doce horas, iremos todos a bañarnos a las cascadas del Ávila”, bromeaba un portero de la zona este de Caracas, refiriéndose al monte que separa Caracas del mar.

Duchas de tres minutos, decoraciones navideñas modestas o partidos de fútbol en horas en que brille el sol son las sugerencias del gobierno venezolano para disminuir el consumo de agua y electricidad.

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Para el régimen, la falta de lluvias y el derroche de los consumidores son las causas de la situación actual. “¿Con qué llenan las piscinas de las quintas de los ricos? Del agua que les niega a los barrios pobres. Ese es el capitalismo”, acusó Chávez, quien aseguró que a él le bastaban tres minutos para ducharse y no quedar “hediondo”. “Un minuto para mojarse, un minuto para jabón y champú y otro para quitárselo”, aseguró.

Para sus detractores, las razones son la mala gestión de los recursos hídricos y la falta de inversiones en el sector eléctrico, ahora nacionalizado y manejado por el Estado. Según Norberto Baussón, ex directivo de Hidrocapital, empresa que suministra agua a Caracas, estas restricciones muestran la incapacidad del gobierno.

Venezuela, país riquísimo en recursos naturales, tiene un déficit de agua del 25% y una demanda de electricidad de 17.000 megavatios, superior a la generación actual.