El presidente de la Asamblea Nacional, Fernando Cordero, considera que hay expresiones claras sobre la falta de autonomía legislativa.

En parte, dice, estas no se han dado por el carácter o las expresiones del Presidente de la República, sino por los asambleístas que abdican su capacidad de participación y que tienen un “síndrome de mayoría”.

Ese, afirma Cordero, es el mayor error del Legislativo. Lo que en cambio  no es imputable a ese poder –según él– es  el haber aprobado solo 3 de las 14 leyes que debían haber estado listas hasta el mes pasado.

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Una de las preocupaciones que tiene Fernando Corcho Cordero es recuperar la autonomía legislativa de la Asamblea Nacional, la cual preside desde hace tres meses.

¿Por qué no se aprobaron las once leyes de emergencia?
Hay leyes que no son fáciles de hacer como la de Educación Superior. Con todo el diálogo que generó el Gobierno hay reclamos de que no fue suficiente el diálogo; entonces, no es imputable a la Asamblea el incumplimiento de una fecha.

¿A quién es imputable?
Es una imputación global;  las leyes no venían; si nosotros hubiésemos incumplido, sería problema de la Asamblea.

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¿Ustedes siempre esperaban que las leyes lleguen?
Algunas leyes no podíamos hacerlas, porque estaban ligadas a recursos económicos, como la Ley de Universidades, que obligadamente requiere del Ejecutivo, porque tiene un componente presupuestario.

¿Pero hubo leyes que sí permitían la elaboración desde el Legislativo?
Sí, las que pudimos las hicimos.

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Pero solo tres...
Eran las que podíamos hacer. Hay otras que las hicimos pero no podíamos proponer, la Ley de Régimen Autónomo Descentralizado, por ejemplo.

¿No calcularon los tiempos? 
Los plazos cortos son la respuesta a la presión y exigencia social que estaba latente, lo cual no es una justificación, sino una explicación y debe valernos para el futuro.

¿Acaso esperaban tener la misma mayoría de la Constituyente en la nueva Asamblea para facilitar la aprobación?
No tiene sentido encontrar en la composición de la Asamblea este desajuste temporal, porque hay leyes que con o sin mayoría, simplemente, no estaban hechas y no había tiempo para aprobarlas.

¿El Ejecutivo contribuyó a este desajuste temporal enviando leyes que no constaban en la disposición transitoria?
No es que nos faltó tiempo porque estábamos haciendo otras cosas, simplemente, no teníamos las leyes.

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¿No cree que en todo este tiempo le faltó autonomía al Legislativo para hacer las leyes?
Sí, creo que hay dos expresiones de la falta de autonomía: primero, no tenemos proyectos autónomamente propuestos por la Asamblea.

¿Por qué? 
Porque no hay un plan, estamos preparando un plan legislativo que  aspiro a terminar este año, porque tampoco valen esos esfuerzos individuales, esas competencias; había en el pasado diputados que llegaban a presentar 300 proyectos en un año y ni uno aprobado.

¿Cómo será ese plan?
Hemos firmado un convenio con el Conesup, hablado con las bancadas legislativas y trabajado con Senplades y el Ejecutivo. Es un plan que cumplirá con lo que dice la Asamblea, es decir, que hasta el 2013 vamos a elaborar el conjunto de leyes que necesita la Constitución para su desarrollo.

¿Usted ha expresado al Ejecutivo esta preocupación de falta de autonomía?
No creo que el tema de esta percepción ciudadana de dependencia del Ejecutivo venga  por el carácter o las expresiones del Presidente de la República, me parece que también los asambleístas de algunas comisiones abdican su capacidad de participación. Me parece imperdonable que muchos diálogos se hayan tenido que hacer fuera de la Asamblea por culpa de actitudes. Cuando se cierra la puerta aquí, la ola social de protesta busca válvulas y van al Ejecutivo.

¿A usted le faltó mayor control de los legisladores?
Es un proceso de aprendizaje, los errores que he cometido los enmiendo todos los días.

¿Qué error cometió?
Yo no tenía mayor control en lo que cada asambleísta o presidente de comisión puede hacer o dejar de hacer.

¿Le faltó más acercamiento?
Sí, pero estamos empezando, la gente que es oposición llegó con prejuicios, igual nosotros no los conocíamos.

Pero también deben hacer entender a las organizaciones sociales que la Asamblea es el escenario del debate.
Otro error, no nuestro. Por ejemplo, la Conaie que fue a Carondelet, con el mayor respeto, no fueron a buscar un acuerdo sobre la Ley de Aguas sino que fueron a discutir cómo hacer cogobierno. Se puso más énfasis  en  cómo acceder a los puestos directivos de educación bilingüe.

Pero las organizaciones sociales acuden a Carondelet, porque precisamente no hay autonomía legislativa, ¿cuándo la habrá?
Está ahí, está sembrada. En este momento hay varios procesos que todavía no tienen productos; van a ver cómo llegó la Ley de Educación Superior y cómo sale del Legislativo.

Los estudiantes dicen que no se recogen sus observaciones
Yo no creo que el MPD tenga que ser el interlocutor de las universidades. No  puede ser que un legislador del MPD quiera posesionar lo que es la versión del Estado. Aquí las dificultades del diálogo son por la prepotencia que quieren utilizar algunos legisladores: o nos hacen caso o sacamos a la gente a la calle.

¿Su desafío es la autonomía del Legislativo frente al Ejecutivo?
Es indispensable la autonomía, de lo contrario estaríamos renunciando a nuestra condición de legisladores. Si las leyes que vienen del Ejecutivo no podemos tocarlas, seríamos irresponsables, porque el Presidente puede equivocarse.

Pero algunos de  PAIS piensan así, que no se deben tocar los proyectos del Presidente
Me resisto a pensar que tengo un compañero que todavía tenga fe de carbonero.

¿El nuevo plan de autonomía legislativa irá acompañado de un plan de comunicación?
Sí, que la Asamblea tenga su propio espacio de difusión. Estamos pensando en tener un canal de televisión propio y una radio, no para competir comercialmente, sino para que la gente que quiera conozca, por versión directa, lo que hace la Asamblea y juzgue. Estamos tratando de tener, por lo menos en las capitales, oficinas para  que  la transparencia y la participación sean una realidad.

¿Esto permitirá superar lo que dicen las encuestas, que bajó la popularidad?
Ahí hay manipulación, aquí están comparando la Asamblea Constituyente con la Asamblea Nacional; porque la primera fue un espacio de concurrencia de fuerzas del cambio, por eso tuvimos una mayoría. La impopularidad no puede ser ficticia, que por una campaña publicitaria mejore la imagen, lo importante son los hechos. (...) Lo que tenemos que enderezar son los errores cometidos, la falta de información, porque no abrimos la Asamblea.

¿Cuál es el principal error?
El síndrome de la mayoría, todavía hay compañeros que están pensando en Montecristi y no entienden este proceso de construir democracia cuando no somos mayoría.

¿A qué se refiere?
Creo que la Asamblea entendió que ninguna fuerza somos mayoría y, por tanto, tenemos que conversar y acordar más.

¿No se puede imponer?
No,  pero en las comisiones no está tan rápido el aprendizaje; porque hay comisiones que todavía no empiezan a tramitar leyes, ahí prevalece ese concepto de mayoría. La Comisión de Participación hace lo que le da la gana;  le llaman al ministro (coordinador de la Política) Ricardo Patiño para que venga a explicar por qué el movimiento PAIS crea los comités de la revolución ciudadana.

¿No cree que debe fiscalizarse al Gobierno?
Claro, y nosotros no vamos a dejar de hacerlo. Le aseguro que son más de cien iniciativas que están en proceso.

¿Cuándo reaccionarán frente a las denuncias de corrupción?
Pido a EL UNIVERSO que publique que  voy a crear una dependencia que reciba denuncias, y me voy a comprometer que parte del plan legislativo sea proteger a las víctimas y a los denunciantes.

¿Fabricio Correa puede ser el primero en denunciar?
Que venga y se haga responsable de lo que deja aquí, por escrito y con su firma. No vamos a suplantar a jueces ni seremos Comisaría, pero si los ciudadanos quieren ayudar a una fiscalización seria y responsable, a buena hora.

Perfil: Fernando Cordero
EDAD
57 años

PROFESIÓN
Arquitecto, especializado en urbanismo y planificación territorial, posee una maestría en dirección del desarrollo local.

EXPERIENCIA
Consultor de más de 50 municipalidades. Fue alcalde de Cuenca por dos ocasiones, diputado y catedrático universitario. Dirigió la Asamblea Constituyente en la última etapa de aprobación de la actual Carta Política del Estado.