“Queremos llamar a Fabricio Correa, a quien todo el mundo lo señala como responsable de manejar los dineros de la campaña (de su hermano Rafael), para que le diga a la comisión de Angostura cómo la financiaron”, dice Francisco Huerta,  coordinador de la Comisión de Transparencia y Verdad,  que en un mes entregará el informe de lo que el ataque del Ejército de Colombia  en Angostura –ocurrido el 1 de marzo del 2008–. Asegura que él y los otros  integrantes, Enrique Galarza, Israel Batista, Walter Gellibert y el general Carlos Moncayo, se  sintieron agredidos por la desconfianza de mucha gente cuando fueron seleccionados por el Gobierno, pero confía en que la van a recuperar con la información que publicarán. Entre las conclusiones principales está el riesgo de que en el país crezca la narcodemocracia, pues el narcotráfico se profundiza con  la complicidad de autoridades.

¿Cuánta gente ha sido investigada por su comisión?
Es una lista larga que vamos a presentar, siquiera cinco decenas de personas y un poco más. Sesenta, setenta personas...

¿De qué niveles?
Militares, policías. Toda la gente que tuvo que ver con el proceso Angostura, en este momento y actualmente quienes tienen responsabilidades vinculadas a esa frontera. Incluso algunos políticos vinculados.

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¿Y se pudo escuchar la versión de la mexicana Lucía Morett?
Hemos tenido algunos testigos de excepción, como Lucía Morett, pero conversamos con su señor padre. Hemos buscado un diálogo con ella en México, pero no ha sido posible.

Pero a Lucía Morett las autoridades de justicia locales no la investigaron y quisieron escucharla cuando se había ido.
Esos son temas que, con los detalles,  vamos a reseñar en el informe. Téngalo por hecho...

¿Hubo demasiada lentitud pese a que era testigo clave?
Lo que no voy a hacer ahora es decir lo que va a estar en el informe final. Son temas que tendremos pendientes.

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De toda la información que  publicó la prensa y que la Comisión de Transparencia ha usado para la investigación, ¿qué novedades encontraron ustedes?
Hay hechos nuevos, otros verificados y hechos negados. No tenemos un porcentaje, pero hay de todo. Hay algunos que sabemos que existen, pero no están sustentados aún.

¿Por ejemplo, qué?
Cuando se dice que en el momento de la incursión colombiana el radar de la zona norte estaba apagado. Ahí se levanta una sospecha, pero si el radar estaba dañado es otra cosa.

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¿Estaba dañado o apagado?
Estaba dañado. Y lo peor es que si hubiese estado funcionando no cubría el sector de Angostura y, por las características del radar, no hubiera detectado la incursión colombiana.

¿Qué revela esto?
Deja ver otras cuestiones, ajenas a nuestro informe, pero sustantivas, vinculadas a la debilidad de nuestra seguridad nacional, que por suerte, en algunos temas se está revisando. Angostura ha servido para que nos pongamos al día en muchas cosas, inclusive en el tema drogas. No es raro aceptar que nos descuidamos en nuestra frontera norte porque nos preocupamos de la frontera sur (ya conmemoramos un aniversario más de la paz con Perú). Por eso esa tragedia ha servido para que miremos más con atención hacia el norte.

¿Ahora el país se ha concentrado  en el norte, pero en el sur el narcotráfico crece en silencio?
Crece en el norte, en el sur y en el centro, en todos lados.

¿Pero no hay reacción?
Yo estoy alertando al país sobre eso. No quiero escandalizar, no tengo interés político-electoral. Le estoy diciendo al país que el narcotráfico, que el lavado de activos se ha tomado la República. Nos estamos descuidando. Hay capturas, pero también asesinatos vinculados a desacuerdos o mal reparto entre las bandas. No es solo Esmeraldas, Imbabura, Carchi.

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¿También El Oro, Guayas, Pichincha e incluso en Santo Domingo de los Tsáchilas?
Ya hay evidencia, algo pasa. Y las complicidades son enormes, eso hay que decirlo.

¿Complicidades de quiénes?
Con muchas autoridades, incluso en el ámbito policial y las Fuerzas Armadas, en todas sus ramas e incluso los jueces.

Cuando usted se estrenó como coordinador de la Comisión de Transparencia dijo a este Diario que su intención iba a ser “lavar la imagen del Ecuador”, y, además, que “por un caso, que existe o no, nos están acusando de narcodemocracia”, ¿Ahora piensa diferente? Casi al final del periodo investigativo la primera frase que pronuncia es “riesgo de narcodemocracia”.
Hemos querido decir que lo de Angostura es la punta del  iceberg  que nos ha permitido mirar que hay una mole de corrupción en muchos ámbitos.

¿Qué quiere decir usted con narcodemocracia?
Narcodemocracia no es sinónimo de narcogobierno ni de narcoestado. Además, no hemos dicho que lo tenemos sino que estamos en riesgo de que se lo tomen todo y las elecciones sean la farsa, porque están financiadas por las drogas.

¿Narcotráfico enraizado?
Más allá de lo puntual de Angostura, que no vamos a escamotear, le vamos a contar al país todo lo que hemos probado y aquello que hablaron aunque no esté probado; lo grave de todo es que aparece este monstruo de la narcodemocracia, el narcoterrorismo con muchas raíces en el Ecuador.

¿En qué ámbitos?
En todos... En el Poder Judicial, en la Policía Nacional, en las Fuerzas Armadas. No institucionalmente, pero sí de muchas personas de esas instituciones... Esto es criticable. 

¿De qué rangos?
Tienen penetración en todos los rangos. Es gravísimo que una institución como las Fuerzas Armadas tenga miembros contaminados. Eso lo corrompe todo en la sociedad. Lo mismo pasa en la Policía.

¿Y en el ámbito político? ¿Qué vínculos se encontraron entre Ignacio Chauvin o el ministro Gustavo Larrea con las FARC?
Lo que tiene que ver con esos casos específicos lo vamos a decir en el informe. No podemos anticipar nada, solo hablar del tema en general. El caso es muy complicado. Pero tenemos informe sobre el caso Franklin Aisalla, Gustavo Larrea, Ignacio Chauvin, el General René Vargas, etcétera.

El presidente Rafael Correa dijo, cuando nombró la comisión, que ustedes iban a demostrar que su Gobierno estaba libre de todo, ¿qué han detectado?
Lo que tiene que demostrarse, es lo que tiene que demostrarse, más allá de las declaraciones que él haya dado.

Hay documentos, que se presumía fueron escritos directamente por Raúl Reyes, pero ahora se sabe los hizo Julio César Vizuete (detenido), en los que se mencionan entregas de dinero para la campaña  del presidente Rafael Correa, ¿qué se detectó de eso?
Eso también estamos investigando. Queremos llamar a Fabricio Correa, a quien todos lo señalan como responsable de manejar dineros de la campaña de su hermano para que le diga a la comisión de Angostura si ha habido algo de eso.

¿Algo como qué?
Cómo se financió la campaña. Casi resulta ingenuo que alguien que haya recibido dineros diga sí, pero tenemos que escuchar para ver qué dice.

Usted habla de riesgos y, desde ya, pide amnistía para la comisión. ¿A qué tiene miedo, será muy grave su informe?
Para cubrirnos de  los que nos van a enjuiciar. Porque los que resulten tocados van a querer enjuiciarnos. Porque aquí hace rato se judicializó la política, porque se politizó la justicia.

¿Qué casos son  más fuertes?
Hay muchos en los que tenemos certeza, incluso tenemos fotografías de hechos. ¿Ahí cómo vamos a tener dudas?

¿Si no les dan la amnistía entregarán el informe sin temer?
Estamos analizando eso en la comisión. Y, con o sin la famosa amnistía, igual lo vamos a hacer, sin temores de nada.

¿Encontró trabas?
No, ninguna, ni ninguna injerencia del Gobierno.

¿Y amenazas?
Ha habido algunas pequeñas tensiones a los investigadores, hechos inquietantes, pero no nos queremos poner paranoicos antes de tiempo. En todo caso tenemos un compromiso con el país que es contarle lo que encontramos sin temor.

Perfil: Francisco Huerta M.
Nacimiento
18 de junio de 1940, Guayaquil.

Profesión
Doctor en Medicina, en la Universidad de Guayaquil.

Cargos
Secretario del Convenio Andrés Bello (2005-2009), con residencia en Bogotá; ministro de Salud de Osvaldo Hurtado, ministro de Gobierno en el periodo de Gustavo Noboa, ex candidato a presidente de la República, ex director del Partido Liberal Radical Ecuatoriano y ex alcalde de Guayaquil.