El Ministerio de Agricultura, Ganadería, Pesca y Acuacultura (Magap) presentó en septiembre pasado  una estrategia nacional para el Buen Vivir Rural, cuyos ejes fundamentales son propiciar el acceso del campesino a la tierra, entrega de créditos, de insumos, programas de productividad y acceso al mercado de consumo.

En ese sentido, el ministro Ramón Espinel anunció que está previsto el desarrollo y la aplicación de la ley de tierras incultas. Es decir, que “todas aquellas tierras que teniendo posibilidades de entrar en producción no lo han estado por dos años o más serán transferidas a los campesinos”.

Parte de esta política, sin embargo, comenzó a aplicarse desde el primer trimestre de este año con el denominado Plan Hacienda, un programa del Gobierno que busca entregar a gremios de productores la propiedad de fincas incautadas a la banca cerrada y a sus acreedores, así como predios agrícolas en manos de entidades estatales que están abandonadas o invadidas.

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El proyecto piloto está en proceso de implementación en cinco predios situados en Guayas y Los Ríos, que suman 5.491 hectáreas y beneficiará a  1.112 familias, quienes deberán cultivar esas tierras.

“El Magap toma la decisión de trabajar prioritariamente por una agricultura familiar campesina rompiendo una tradición que ha privilegiado el interés de grandes productores”, señaló el Buen Vivir Rural.

Se basa en estadísticas del III Censo Agropecuario 2002, que muestran que los pequeños productores contribuyen mayoritariamente a la soberanía alimentaria. Así, el 64% de agricultores de papas,  el 42% de leche, el 46%  de maíz duro  y el 48,73%  de arroz  poseen menos de 20 hectáreas.