Tres conchas similares a las de la Ópera de Sídney, en Australia, formarán parte del templo del Señor de la Divina Misericordia, cuya arquitectura moderna contrastará con la Casa de Retiro y el Café María, que serán edificados de manera que recuerden al Guayaquil antiguo.

Así es como  Daniela Loaiza, arquitecta encargada de la obra del santuario, describe que se construirá esta a partir de noviembre, en el kilómetro 26 de la vía a la costa.

Este centro religioso, que comprende tres etapas en un área de 110.000 metros cuadrados, será el primero en el país con este tipo de arquitectura, según Loaiza. 

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Eduardo Romero, director de la obra e integrante de la Asociación del Señor de la Divina Misericordia, dice que  se preveía levantar el santuario  hace dos años en el km 2½  de la vía Nueva Aurora-Pascuales, pero no se lo hizo por las condiciones del terreno. “El subsuelo era muy lodoso y edificar  allí resultaba más costoso”.

Por esa razón,  la Arquidiócesis de Guayaquil junto con la Asociación del Señor de la Divina Misericordia escogieron un nuevo lugar afuera de la ciudad, para evitar el bullicio.

Al inicio, cuenta Romero, los diseños originales estuvieron a cargo del arquitecto Willy Borroto, de la firma Borroto Architects, pero actualmente este trabajo lo realiza Loaiza, quien todavía coordina detalles como luminarias, aires acondicionado, vitrales y otros.

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Ella explica que la iglesia tendrá tres naves transversales, en cuyas divisiones se colocarán vitrales para iluminar el templo. Lo mismo se hará en la parte frontal del edificio.

“Aún estamos consultando con un vitralista. Se usarán colores celeste, amarillo y blanco”, menciona Loaiza.

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La primera fase comprende la edificación de la iglesia y cripta,  que tendrá un costo aproximado de $ 1’200.000 y se construirá en una zona de 110 metros cuadrados, rodeada de árboles.

Para su financiamiento se venderán 2.000 nichos dobles. Además se expenden ladrillos en $ 5, en los que se pondrán   los  nombres de quienes contribuyeron con sus donaciones para la edificación del templo.

Estos serán colocados en la muralla delantera del santuario, la que medirá 40 metros de frente por 3 de alto.

Hasta ahora se han vendido alrededor de 2.500 ladrillos. “Queremos que todos los católicos puedan participar en esta obra sin importar el monto de su contribución”, manifiesta Romero.

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Otro de los detalles de la iglesia es que se estudia colocar un tumbado colgante para minimizar la altura de la iglesia, de 25 metros.

Loaiza sostiene que se busca simplicidad en el aspecto decorativo interior de la iglesia, de ahí que en su entrada habrá una pileta bautismal;  en las zonas laterales, imágenes del Vía Crucis; y en  el centro, a un costado, estará el confesionario.

En la segunda etapa se construirán dos casas de retiro, una para  visitantes y otra para delegados de la iglesia que cuidarán ambas viviendas. Estas se edificarán con materiales propios de la Costa y con una arquitectura similar a las casas del Guayaquil antiguo. “Tendrán tejas,  patio central y jardines”.

Mientras que en la última y tercera etapas se harán el Café María y una zona recreativa para la Fundación Educar en Cristo, con  dos canchas de tenis y dos de índor.

Para fieles como Mercedes Andrade, quien desde hace 30 años viaja anualmente  durante siete horas  desde Guayaquil para visitar el santuario del Señor de la Divina Misericordia en Palmira, cantón de  Chimborazo,  el nuevo   templo  podrá concentrar a los devotos  de diversas partes del país.

Primera piedra
El pasado 6 de septiembre, monseñor Antonio Arregui, arzobispo de Guayaquil, junto con 3.000 fieles participaron en la colocación de la primera piedra del templo en el km 26 de la vía a la costa.

Primera fase
Originalmente  la iglesia se iba a  construir con hormigón, después se decidió  por estructuras metálicas.