Otro conflicto que amenaza la región se originó con el anuncio de Bolivia de que adquirirá armas a Rusia por cien millones de dólares, tras esperar en vano durante meses la aprobación en EE.UU. para la compra de seis aviones de ataque.

Esto originó el reclamo del  gobierno del paraguayo Fernando Lugo, quien pidió a La Paz un informe sobre las armas que busca adquirir. Ambos países se enfrentaron en la Guerra del Chaco (1932-1935).

Las doce naciones de América del Sur invirtieron unos 51.000 millones de dólares en sus fuerzas militares el año pasado, un 30% más que el 2007, según el Centro para la Nueva Mayoría, un grupo de estudios en Buenos Aires, lo que según analistas es una muestra de que la región está inmersa en una carrera armamentista.

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“Estamos en una franca corriente armamentista, lo que tiene un doble peligro pues, además de que puede provocar una tragedia, también hay el riesgo de que las negociaciones de armas provoquen enriquecimiento ilícito de los gobernantes”, dice el embajador y representante ecuatoriano ante la OEA, Blasco Peñaherrera. 

“En Latinoamérica queremos dirigentes pacifistas. Es una barbaridad que haya conductores de pueblos que se vean embarcados en el armamentismo”, señala a su vez el ex canciller Alfonso Barrera.

También el 2008 un conflicto entre Argentina y Uruguay por la instalación de una planta papelera en el segundo país impidió que la organización tenga secretario general, pues el ex presidente argentino Néstor Kirchner, que fue promovido como candidato por Ecuador, está vetado por Uruguay.