El parlamento japonés autorizó este lunes la donación de órganos para niños menores de 15 años, que hasta ahora no podían recibir trasplantes ni donar órganos.

El texto, aprobado por los diputados el 18 de junio, fue votado el lunes por los senadores y pone fin a un encendido debate sobre el concepto, muy controvertido en Japón, de "muerte cerebral".

"Al fin hemos alcanzado la línea de salida", declaró Keichiro Nakazawa, cuyo bebé de un año murió en diciembre de 2008, a la espera de un trasplante en un hospital estadounidense.

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"El acceso a los trasplantes de órganos se va a abrir para muchos niños cuya vida no se podía salvar porque la ley japonesa les prohibía recibir órganos", añadió.

Para los cerca de 50 niños que cada año están a la espera de un corazón en Japón, hasta ahora la única alternativa era un trasplante en el extranjero, a menudo gracias a donaciones públicas. Un trasplante cardiaco cuesta en Estados Unidos entre 1 y 1,5 millones de dólares para los no residentes.

El diputado conservador Taro Kono, que llevaba años militando por una reforma de la ley sobre los trasplantes de órganos, se mostró "muy, muy contento" de que el parlamento adoptara la enmienda.

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"Es una etapa enorme", indicó. "Pero el verdadero desafío empezará mañana, porque todos los hospitales tendrán que modernizarse en previsión de estos trasplantes de órganos", añadió.

"Es como si nos hubiéramos clasificado para la Copa del Mundo de fútbol. Ahora tenemos que ganar", añadió el diputado, quien ha donado parte de su hígado a su padre en 2002.

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El concepto de "muerte cerebral", estado durante el cual los órganos más importantes, como el corazón, siguen funcionando gracias a un soporte artificial, a la espera de un trasplante, se confunde a menudo en Japón con un coma vegetativo, lo cual disuade a las familias de autorizar la extracción de órganos en el cuerpo de sus allegados.

El texto adoptado el lunes indica que a partir de ahora todo paciente que se encuentre en "muerte cerebral" será considerado legalmente muerto.

"Lo más importante es sensibilizar a la población sobre esta cuestión desde la infancia", estimó Nakazawa.

La enmienda también pone fin al sistema del "doble consentimiento", una condición única en el seno de los países desarrollados, según la cual el donante potencial debe haber especificado su intención por escrito y la familia también debe dar su visto bueno.

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Prevé que en ausencia de documento escrito, una persona es considerada como donante potencial, salvo si la familia se opone.

Todas estas restricciones incluidas en la ley de 1997 explicaban el desastroso balance de trasplantes en un país, sin embargo, puntero en investigación y en tecnología en materia de salud.

En los últimos 12 años, se han realizado sólo 81 trasplantes en Japón, mientras Estados Unidos cuenta con varios miles y los países europeos con centenares.

Más de 12.000 pacientes están a la espera de recibir una donación de órgano en el archipiélago, en el que 10.000 personas son declaradas cada año en estado de muerte cerebral. Muchos japoneses se desplazan a China o Filipinas, donde prolifera el tráfico de órganos.

La Organización Mundial de la Salud (OMS), decidida a poner fin al "turismo de los trasplantes", tiene previsto recomendar a principios de 2010 que los trasplantes sean efectuados en el país del donante y del receptor.