Las marchas del 1 de Mayo criticaron ayer la crisis que se ensaña contra los trabajadores, después de que miles de empleos se han perdido en Latinoamérica, con cifras que bordean los dos dígitos y sin soluciones a la vista.

En Chile, unas 10.000 personas fueron reprimidas fuertemente con gases lacrimógenos y chorros de agua y decenas fueron detenidas, tras exigir  una nueva ley de distribución de la riqueza y cancelar una norma que permite a los empresarios despedir a los trabajadores  por necesidades de la empresa.

En La Habana, con llamados a la eficiencia económica, consignas de apoyo a la revolución y su derecho a existir al margen de los dictámenes de EE.UU., decenas de miles de cubanos desfilaron para recordar el Día de los Trabajadores, liderados por el presidente Raúl Castro.

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En Europa
Manifestantes que conmemoraban el Día del Trabajo se enfrentaron a la policía antidisturbios en Alemania, Turquía y Grecia mientras que miles de personas, molestas por las respuestas del Gobierno a la crisis financiera mundial, salían a las calles en Francia.

El aumento en el desempleo a lo largo de Europa ha sumado intensidad a las marchas.

La policía antidisturbios combatió por horas contra jóvenes turcos que lanzaron piedras y cocteles molotov, rompiendo ventanas de bancos y tiendas en calles laterales. Alrededor de uno de cada tres jóvenes turcos está sin trabajo.

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En Berlín y Hamburgo, violencia aislada estalló a tempranas horas del feriado del Día del Trabajo, el que dejó más de 50 policías antidisturbios heridos.

Alemania enfrenta su peor crisis económica desde la Segunda Guerra Mundial.

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Los mayores sindicatos franceses y el opositor Partido Socialista se unieron por primera vez desde el 2002 y organizaron alrededor de 300 marchas contra las políticas sociales del presidente Nicolás Sarkozy.