Aunque para las armas del Estado (Fuerzas Armadas y Policía) no se emiten permisos para portarlas, el capitán de Fragata  Pedro Costales, jefe del departamento de Control  de Armas del Guayas, cree que la Policía debe entregar un reporte de las armas que recientemente les fueron entregadas por el Gobierno, las Glock 19.

Costales  lamenta que la  institución policial no lleva un adecuado control de su rastrillo.

Según Costales, tres veces por semana envía comunicaciones al VI Distrito de la Policía para pedir información sobre armas halladas en poder de policías de civil. “No portan ningún documento que diga que es su arma de dotación y eso es preocupante”.

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Otra preocupación -dice Costales- son los casos  en que dueños de armas liberadas de investigaciones policiales llegan a su oficina a retirarlas, pero esa arma no ha sido remitida por la Policía Judicial. “A veces  la Policía no informa sobre las armas que incauta y no sabemos qué destino tienen. Solo queremos saber que pasó con esa arma”, solicita  el oficial. 

Gonzalo Cabezas, jefe de la Policía del Guayas, defiende la labor de su tropa y asegura que a todo gendarme que saca su arma se le entrega un salvoconducto que especifica el calibre, las municiones y los datos del que la porta, aunque acepta que los uniformados a veces olvidan el documento.