El fallecido actor Enrique Ponce Morán era un hombre de humor. Según indicó el investigador Wilman Ordóñez Iturralde, uno de sus amigos   cercanos, no deseaba que en su velorio lloraran, sino que se celebrara la muerte como se festeja  la vida. Por ese motivo, en el velorio del actor, que murió en la mañana del pasado lunes, no hubo lágrimas, pero sí una celebración para la trayectoria de este manabita que llegó a Guayaquil en la década de los sesenta e hizo de la cultura su bandera.

En la noche se levantó una capilla ardiente en el café galería Barricaña,    espacio que él fundó a principios de la década de los noventa y dirigió por  18 años, desde el cual irradió una vasta actividad artística y cultural.
Hasta Barricaña llegaron sus familiares de Manabí, sus  vecinos  de la Quince y Francisco Segura, donde habitaba; sus amigos del Guasmo, donde  hace muchos años fundó una cooperativa de vivienda; los artistas populares: músicos, actores, pintores; así como la gente que frecuentaba esta cafetería.  

El velorio fue una ceremonia emotiva, en la que se  escucharon discursos,   poemas y canciones. El poeta Héctor Alvarado leyó unos versos. El investigador Wilman Ordóñez, quien estuvo al lado de Ponce en las últimas horas de su vida, recordó el deseo del actor: que Barricaña no muera.

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El periodista Carlos Calderón Chico recordó su amistad con Ponce y su dinamismo e hizo votos porque este espacio que edificó siga generando cultura. Uno de los integrantes del grupo Doscientas Millas expuso la faceta de compositor del fallecido. Interpretó sus canciones.

Al amanecer de ayer, los restos de Ponce fueron trasladados hasta Alejo Lascano, cantón Paján, provincia de Manabí, donde recibirían sepultura. 

El actor Mauro Guerrero, su compañero en El Juglar, recordó el humor de Ponce. Contó que este tenía un vecino que viajó a Estados Unidos, estuvo  dos semanas y al regresar, hablaba como gringo. Ponce lo comentaba entre risas y lo imitaba. Y ese fue el germen de uno de los sketch de Guayaquil Superstar, la obra más emblemática de El Juglar.

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TRAYECTORIA
Enrique Ponce, quien murió a los 61 años, víctima de un cáncer, formó parte del desaparecido grupo de teatro El Juglar, que dirigió Ernesto Suárez, con el cual participó en diversas obras teatrales.

FINAL
El último trabajo en el que intervino fue en el filme nacional Prometeo deportado, del director Fernando Mieles, de próximo estreno.