La Iglesia católica inició desde ayer la campaña cuaresmal de solidaridad Munera, que se realiza desde 1976, y que este año estará destinada a las escuelas pobres de la frontera norte.

La colecta, que se realizará el Domingo de Ramos, tiene como finalidad mejorar la infraestructura de los planteles, promover la calidad de los medios e insumos educativos, respaldar la cualificación y el trabajo diario de los maestros.

La Secretaría General de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana (CEE), mediante un comunicado, indica que esta colecta constituirá un respaldo al trabajo pastoral y educativo que durante años lleva la Iglesia en esa zona.

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La campaña se inicia con la difusión en las iglesias parroquiales, centros educativos religiosos y demás instituciones.

En las jurisdicciones eclesiásticas en la frontera norte, como Esmeraldas, Tulcán, Sucumbíos y Coca, se atiende a miles de desplazados que huyen de la violencia y enfrentan dificultades de integración social, narcotráfico, entre otros.