Un monto de 275.000 millones de dólares comprometió el miércoles pasado el presidente de EE.UU., Barack Obama, para contener una ola de ejecuciones de viviendas que desataron el colapso del sistema financiero. El plan prevé beneficiar a entre cuatro y cinco millones de dueños de casas. 

Junto a su ley de estímulo por 787 mil millones de dólares para reactivar la economía, que busca crear más de 3 millones de empleos, alentar el consumo y reactivar la actividad empresarial y financiera.

Desde la campaña electoral,  a Obama y sus asesores les preocupaba que la ayuda estatal olvidara a los dueños de hipotecas, que corrían el riesgo de perder sus viviendas.

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En la crisis hipotecaria está la raíz de los actuales problemas financieros estadounidenses y, según analistas, si no se resuelve la economía no podrá recuperarse. Para Obama, junto al mercado inmobiliario se hundió también la accesibilidad del crédito, sobre el que se basa la economía de EE.UU.

Esta preocupación se plasmó el pasado miércoles en Mesa, en las afueras de Phoenix, Arizona, cuando Obama anunció que 75 mil millones de dólares se utilizarán para ayudar a los propietarios y otros 200 mil millones ayudarán a las entidades hipotecarias semiestatales Freddie Mac y Fannie Mae, para “garantizar la fortaleza y la seguridad del mercado  y ayudar a mantener la asequibilidad de las hipotecas”.

Fannie Mae y Freddie Mac son los dos gigantes del mercado hipotecario que manejan casi la mitad de los préstamos inmobiliarios en Estados Unidos, y que fueron prácticamente nacionalizadas el año pasado para evitar su bancarrota.

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Su negocio es comprar a los bancos las hipotecas de sus clientes, armar paquetes de inversión con ellas y colocarlos con grandes financistas.  Entre ambas empresas suman una cartera hipotecaria de  50.000 millones de dólares.

El plan beneficiará a entre cuatro y cinco millones de “propietarios responsables”, dueños de viviendas que quisieran modificar en su beneficio sus hipotecas, pero que actualmente no pueden hacerlo porque sus casas han perdido valor.

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Asimismo, a entre tres y cuatro millones de personas que debido a la recesión tienen problemas para pagar sus cuotas mensuales de la hipoteca, pero no pueden vender la casa, pues esta se ha desvalorizado.

Deben ser propietarios con una deuda hipotecaria alta comparada con sus ingresos o que valen más que el precio de mercado de la propiedad.

Quienes tengan débitos que excedan el 55% de sus ingresos deben entrar a programas de asesoramiento para reducir deudas de consumo: compras de autos o tarjetas de crédito.

El Tesoro de Estados Unidos compartirá el costo de reducir los pagos hipotecarios con los bancos, quienes deben bajar tasas de interés para que las obligaciones mensuales no sean mayores al 38% del ingreso de los deudores y sin cambios por cinco años.

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Obama aseguró que esta ayuda está destinada a “rescatar a aquellos que han cumplido las normas y que actuaron de manera responsable”, y no beneficiará a los especuladores.

Otras medidas incluyen permitir a los jueces cambiar términos de los préstamos hipotecarios durante la declaración de bancarrota para un propietario, y establecer ayudas para inquilinos obligados a abandonar sus residencias porque el dueño ha perdido la casa.

El plan, según Obama, “no salvará cada vivienda”, pero “dará a millones de familias resignadas a la ruina financiera una oportunidad de comenzar de nuevo”. Actualmente, según la Asociación de Banca Hipotecaria de EE.UU., unos 10.000 propietarios de casas ven ejecutada su hipoteca diariamente.

A juicio del Presidente estadounidense, la crisis “está destruyendo la propiedad de viviendas, la clase media y el propio Sueño Americano” y asegura: “Todos nosotros estamos pagando un precio”.

Detalles

8 de marzo del 2007
Uno de los mayores constructores de EE.UU., D.R. Horton, advierte que sufrirá grandes pérdidas por la caída del mercado de hipotecas “subprime”, de alto riesgo, porque se dan a quienes no tienen trabajo o suficientes ingresos, a tasa de intereses altísimas y un periodo de gracia  con bajos intereses.

18  de febrero del 2008
El presidente Barack Obama  asigna 275.000 millones de dólares para refinanciar las hipotecas de 9 millones de familias y parar la caída en los precios de las casas.

Sheila Bair
Presidenta de la Corporación
Federal de Seguros de Depósito
“Entiendo el resentimiento de los compradores porque a otros se les recompensa por su conducta arriesgada”.

Rick Santelli
Periodista de la cadena CNBC
“¿Por qué ahora todos tenemos que subsidiar a los perdedores, los que no pueden pagar las hipotecas muy altas en que se metieron?”.