Los auriverdes se coronaron campeones del Sudamericano Sub20 por décima vez y segunda consecutiva al ganar la vigesimocuarta edición del torneo, que finalizó ayer en Venezuela, en la que el anfitrión hizo historia al clasificar por primera vez a un Mundial y Argentina, el gran fiasco, quedó eliminada.

El Sudamericano, que se inició el 19 de enero y se disputó en Puerto Ordaz, Maturín y Puerto La Cruz, también dio el pase al Mundial de Egipto a Paraguay, que tuvo en Hernán Pérez a uno de los mejores jugadores del torneo, y a Uruguay, que por momentos tuvo un fútbol de alto nivel pero finalmente terminó tercero tras una primera fase espectacular.

"Nosotros vamos armándonos con el paso de los partidos", dijo en varias ocasiones el entrenador auriverde, Rogerio Lourenço, cuando en los primeros días de competencia el equipo brasileño no conseguía llenar el ojo.

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En efecto, Brasil jugó una primera fase con el piloto automático, en la que debutó con empate (1-1) ante Paraguay, venció sin sobrarle nada a Bolivia (2-1), superó 2-0 sin problemas a Chile -otra de las decepciones del torneo- y perdió con Uruguay por 3-2.

Avanzó al hexagonal final como tercero del Grupo B, finalmente la serie más fuerte del torneo, de la que salieron tres de los cuatro clasificados al Mundial en el país de las pirámides.

En la fase final, tal como lo había anunciado su entrenador, se vio lo mejor de Brasil, que ganó el torneo a una fecha del final tras vencer sucesivamente a Uruguay (3-2), Argentina (2-0), Venezuela (3-0) y Colombia (2-1), para finalizar su campaña con una derrota ante Paraguay (1-0) en un partido en el que no se jugaba nada y nuevamente apareció la apatía.

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El once de Rogerio Lourenço, que cuando fue atacado desnudó falencias defensivas por el centro de su zaga y un arquero, Renán, que dio facilidades en el juego aéreo, tuvo en sus volantes Sandro y Giuliano y en el atacante Walter su columna vertebral.

Sandro y Giuliano fueron dos tractores en la mediacancha que además de recuperar infinidad de balones apoyaban al ataque y llegaban con facilidad al área contraria.

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El 'Tanque' Walter, uno de los goleadores del Sudamericano junto a los paraguayos Robien Ramírez y Hernán Pérez y el uruguayo Abel Hernández, todos con cinco tantos, fue un clon del 'Emperador' Adriano aunque derecho.

Walter resultó imposible de contener para sus marcadores por su fuerza y habilidad para cubrir el balón, todo adornado con la capacidad de definición que carecteriza a los mejores centrodelanteros de su país.

Por su parte, el seleccionado venezolano logró la mayor gesta de su historia ayer cuando venció a Uruguay por 3-1 para asegurarse el cuarto puesto y la clasificación por primera vez a un Mundial de la FIFA.

El portero Rafael Romo, los volantes Rafael Acosta y José Manuel Velásquez y el centrodelantero José Salomón Rondón fueron la columna vertebral del once dirigido por César Farías, un equipo que puede haber marcado un punto de inflexión en el fútbol venezolano, en firme crecimiento desde hace una década y que ve finalmente coronados sus esfuerzos.

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Los guaraníes, con un esquema similar al de la selección mayor que lidera con holgura las eliminatorias mundialistas sudamericanas y con un volante espectacular como Hernán Pérez, que seguramente en los próximos días ya será transferido al fútbol europeo, volverán a los mundiales Sub20 luego de seis años de ausencia.

Uruguay, por su parte, jugó una primera fase espectacular, con el cien por ciento de efectividad, y demostró gran poder de reacción ganando de atrás cinco de los seis partidos en que se llevó los tres puntos.

El DT Diego Aguirre rotó constantemente a sus dirigidos -siempre hizo no menos de cinco variantes de un encuentro a otro- para evitar el desgaste físico por la seguidilla de partidos y tuvo en Abel Hernández, ya vendido al Palermo de Italia, a su figura descollante dentro de un equipo que siempre apuntó al arco contrario y se fue del Sudamericano sin expulsados.

Pero la gran sorpresa del torneo fue Argentina, el último bicampeón mundial Sub20, que no podrá defender su corona luego del fracaso sufrido, quedando eliminada tras ganar un solo partido en nueve disputados, con cinco empates y tres derrotas.

La selección de Sergio Batista, que llegó sobrada a Venezuela declarando que venía por el título y pensó que conseguir uno de los cuatro cupos a Egipto iba a ser un mero trámite, nunca pareció un equipo como tal y siempre dependió de lo que pudieran hacer sus individualidades, que fracasaron rotundamente.

Argentina, con seis mundiales Sub20 en su haber, tres de ellos ganados en este siglo (2001, 2005 y 2007), verá la cita en Egipto por televisión, como en 1977, 1985 y 1987, cuando tampoco logró clasificar, y 1993, cuando no pudo participar por una sanción disciplinaria impuesta por la FIFA.