La candidatura que se lleva, y debe llevarse la Alcaldía de Guayaquil, es la que tome en serio evitar una epidemia en Guayaquil, eligiendo como proyecto a cuatro años, salvar nuestros esteros.

Da pena ver cómo destruyen los propios moradores de las riberas, arrojan basura inmisericordemente al agua. Se necesita una propuesta de rescatar la vida marina y el tráfico fluvial, que no dispongan multas para los infractores sino prisión de seis meses, como  mínimo, frente a este delito.

Esto sí destruye el ecosistema de tres millones de habitantes. Los que pelean la Ley Minera por la contaminación del agua aquí tienen una razón verdadera, cierta que está pasando. ¡Reclamen por esto, por favor! Si se lo logra (viven decenas de miles de familias en los alrededores) habrá miles de votos ganadores de quienes se vean beneficiados.

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Hagan entender que es un lujo vivir y tener de vecino al estero, sea Salado, Mogollón, Las Ranas, etcétera. En otras partes del mundo, sitios así son los terrenos con mayor plusvalía. Acá es un castigo. Ahí tienen una meta los defensores de animales y del ecosistema. Eso es Guayaquil, no solo es asfalto. Vamos por la regeneración acuática. 

Todos los moradores cercanos a los kilómetros y kilómetros de los esteros y sus alrededores agradecerán de darse este cambio. Con voluntad política sí se logrará la recuperación ambiental total. Estamos hablando de algo sanitario.

Tremendamente impactante es la basura flotante de Guayaquil. La televisión pasó imágenes impactantes de un río que recibía a diario los contenidos de los recolectores de la basura (de Zaruma y Portovelo). Imagínense la de nuestros esteros. Que no sea solo promesa de campaña, sino  una realidad. No digan que primero es necesario arreglar la cara de la ciudad y dejar al último lo que sí necesitan los guayaquileños, urgente limpieza de los esteros, y castigo de prisión (pues la mayoría no dispone de dinero para las multas), o pagos cívicos (que el infractor y su familia realicen  labores de limpieza de las riberas).

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Escuche también el Ministerio de Ambiente  esta solicitud.

Franz Alberto Merino Dávila,
Guayaquil