Dos guerrilleros de las FARC se entregaron ayer a la policía colombiana junto con dos secuestrados, el comerciante Eduardo Alméciga, de 31 años, y el menor Álvaro Martínez, de 15, sumando cuatro los rebeldes que desertan en compañía de rehenes desde finales de octubre.

El pasado 26 de octubre, el guerrillero Wilson Bueno, alias Isaza, acogió una oferta del gobierno y se entregó al Ejército el 26 de octubre junto con el ex congresista Óscar Lizcano, tras ocho años de cautiverio. Fue recompensado por el gobierno con 455.000 dólares y residencia en Francia.

Asimismo, el 3 de enero, Zenaida Rueda o Miriam se fugó junto con Juan Fernando Samudio, raptado el 2007 y por cuya liberación las FARC exigían 2,3 millones de dólares. El gobierno anunció que también le pagará una recompensa.

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Mientras, los familiares de dos políticos en poder de las FARC instaron ayer al Comité Internacional de la Cruz Roja a agilizar la logística para su anunciada liberación junto a un militar y tres policías de los que aún se desconoce la edad. 

Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) anunciaron en diciembre la liberación unilateral de los seis rehenes y exigieron un garante internacional, a lo que se opuso el presidente Álvaro Uribe, quien dijo que la logística debería estar a cargo de la Cruz Roja y solicitó al Vaticano servir como garante.

El Mono Jojoy, jefe militar de las FARC, podría quedar en libertad si entrega a los secuestrados y abandona la guerrilla, aseguró ayer en Washington el presidente de Colombia, Álvaro Uribe.

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Además, tres niños murieron y otras doce personas resultaron heridas ayer en un ataque de las FARC con misiles de fabricación casera y ráfagas de armas de largo alcance contra el cuartel de la policía pueblo de Roberto Payán, en el departamento de Nariño, en la frontera con Ecuador.