El Día de Acción de Gracias y la Independencia de Estados Unidos son fechas de fiesta para los Pesantes-Palacios. “Conversamos, comemos y recordamos viejos tiempos”, cuenta con una sonrisa Norma Pesantes, refiriéndose a las reuniones que hace con sus seis hermanos (el séptimo falleció).

Entre ellos nunca falta –dice– Marie Chantal Miller, la madre de la princesa de Grecia, quien lleva su mismo nombre. “Somos muy unidas porque somos las más cercanas en edad, siempre hablamos por teléfono y cuando puede viene con su esposo (el multimillonario Robert Miller) por unos días al Ecuador, porque tiene unas propiedades en Quito y le encanta el cebiche de nuestra costa”, indica.

Norma asegura que también con su sobrina, la princesa Chantal, y el esposo de ella, Pablo, mantiene una relación muy especial. La última vez que los vio fue el año pasado en su casa en Nueva York, cuando fue a conocer al último de los cinco hijos de la pareja, Arístides.

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En esa ocasión, afirma Norma, los príncipes le manifestaron su deseo de conocer Ecuador, pues, según ella, el esposo de su sobrina habla un perfecto español que le ha permitido conocer mucho sobre el país.

Lo que a él más le ha llamado la atención, agrega, es el conocer que su esposa es descendiente de una princesa inca.  Así lo refiere el genealogista Ezio Garay, en un estudio que realizó al apellido Pesantes y en el cual descubrió que este proviene de uno de los españoles que fundó Quito y de la princesa Francisca Coya, hija del emperador del Tahuantinsuyo, Huayna-Cápac. “El príncipe Pablo se quedó sorprendido que tras cuatro siglos se produzca el reencuentro de dos mundos”, dice.

Pero a Norma lo que más le sorprende y le llena de orgullo es ver que aunque su sobrina sea miembro de la realeza, siga siendo una madre dedicada, pues, asegura, que aunque esté muy ocupada en su tienda de ropa, nunca falta para darle de lactar a su bebé. Además, indica, heredó la afición de su madre por la cocina. “Yo la veo y recuerdo cuando Chantal recién se casó y aunque tenía mucho dinero y empleadas, ella misma sacaba la ropa de la lavadora, limpiaba los zapatos de su esposo e iba al mercado. Seguro por ese amor que ella le pone a cada cosa que hace es que Miller se quedó enamorado de ella cuando se conocieron”.