El diseño de los seis metros del medio cuerpo de un Depredador, protagonista de la película que encarna a un extraterrestre que llega a la Tierra para exterminar humanos, atrae a quienes transitan por las calles Capitán Nájera y la 14, un sector donde los monigotes gigantes se han convertido en una tradición barrial cada fin de año.

David Cedeño, creador de este Depredador, a sus 28 años convirtió esta labor en una costumbre de su calle desde el 2002. Su propósito, cuenta, era convertir su barrio en la atracción de los vecinos y extraños, además de unir a los moradores. “Quisimos que la gente tenga otros muñecos que ver y no los habituales que hay en la Seis de Marzo”, comenta este diseñador que trabaja colocando vallas publicitarias.

La elaboración de este año viejo la iniciaron hace un mes Cedeño, sus familiares y siete amigos del sector. Desde entonces han logrado formar la mitad superior del cuerpo, en el que destacan la cabeza del personaje, una armadura plateada, el cabello largo y el brillo de los ojos, que se encienden en la noche, explica.

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Los artesanos de este muñeco gigante han gastado 150 dólares en materiales como cartón, papel, cañas, madera, clavos, alambre y almidón. Esa cantidad la reunieron con sus ahorros de todo el año. “Sabemos que esta labor nos beneficia a todos porque hacemos que la gente venga a nuestro barrio”, explica Christopher Ocaña, primo de Cedeño.

La idea de venderlo no pasa por la cabeza de su creador, así le ofrezcan $ 1.000, como ha ocurrido en años anteriores con otros de sus diseños. “Eso ni hablar. Este muñeco no es mío sino del barrio entero”, comenta seguro Cedeño.

En la 16 entre Colón y Alcedo también se aprecian muñecos de gran tamaño. Ahí, David Sarmiento decidió ilustrar al terrorífico Jason de ‘Martes 13’.

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Este monigote, de ocho metros de alto, tendrá en sus manos las cabezas del maléfico Chucky y el temible Freddy Krueger, que aún no están terminadas. “Quise hacer algo diferente. Todo el mundo está haciendo personajes que están de moda y con un poco de creatividad se puede hacer algo mejor”, dice Sarmiento.

Para confeccionarlo se necesitó la colaboración de siete chicos del barrio,  dedicar seis horas de esfuerzo y una inversión de $ 250, que se reunió mediante la contribución de los vecinos. “Para nosotros no es trabajo, sino una forma de vivir en familia”, agrega su creador.

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Yuri Mendoza, de 15 años, logró  captar la atención de los moradores de Capitán Nájera y la 16 con su monigote de 8 metros de Ben 10 en su transformación de Ultra T, un personaje animado biomecánico que tiene piel de metal, que puede convertirse en una increíble pieza de ultratecnología y acabar con los villanos.

Mendoza logró motivar a diez chicos del sector, quienes colaboran con él desde noviembre pasado. En su muñeco invirtió $ 200, que logró juntar con sus ahorros en la venta de rosas en Urdesa y el aporte de sus amigos. “Es una tradición dedicar nuestro tiempo. No es un trabajo, sino un hobbie y una actividad que concluirá el 1 de enero”, menciona Mendoza.

En Florida Norte también se registró la presencia de monigotes gigantes hasta hace unos años. En la actualidad, esta tradición barrial se concentra en el suroeste de Guayaquil.

Detalles: A LA VENTA
Negocio
Stalin Vera expone sus creaciones en las calles Ambato y Gómez Rendón desde hace más de cinco años. Hace una semana vendió al musculoso  He-Man  y su amigo Battle-Cat en $ 400. Ahora tiene al Rey Escorpión, que mide 4 metros de largo y ancho, cuyo precio será también de $ 400. En sus planes está elaborar a King Kong y al Exorcista.

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Cifras: MONIGOTES
1.000
Dólares. Por un año viejo de ocho metros, es la oferta que han recibido los artesanos.

250
Dólares. Esta es la inversión promedio que hacen sus creadores en materiales.