Hoy es el segundo y último domingo siete del año. Según creencias antiguas, esta fecha  es de mala suerte, un día en el que es mejor evitar todo aquello que pueda significar riesgo para la integridad física, situación económica o amorosa.

Para los creyentes de esta cábala, que se cree nació en Egipto, hoy no deberían levantarse con el pie izquierdo, es decir,  hay que despertarse y fijarse bien antes de salir de la cama; no pasar debajo de una escalera, no importa de qué material sea; evadir a los gatos negros, especialmente si van a pasar delante de la persona; y no pronunciar la palabra siete, porque la pasarán mal todo el día.

En Ecuador, Argentina y otras partes del mundo, al domingo siete también se lo alude cuando una mujer ha salido embarazada sin haberse casado o estar unida a su pareja. En esos casos se decía “ya salió con su domingo siete”.

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También era un consejo que hacían las abuelas a las muchachas cuando tenían enamorado y se iban solas con él a alguna parte: “Cuidado me vas a salir con tu domingo siete”, señala Patria Alvarado, una ama de casa a quien su madre siempre le repetía la frase, así como en el pasado se lo dijeron a ella.

Alvarado, quien actualmente tiene 52 años,  anota que antes temía este día, en especial por si ocurriera algún evento natural, como un terremoto; no obstante, con el tiempo, revela,  lo ha podido superar y ahora la fecha pasa inadvertida.

Aunque la creencia ha perdido fuerza con el tiempo, muchos jóvenes ven con respeto al domingo siete, especialmente si se trata de que en esa fecha hay un importante encuentro de fútbol. “Si mi equipo pierde, lo atribuyo a que fue porque se eligió un día de mala suerte para hacer el partido”, dice Andrés Méndez, de 18 años.