Los comerciantes chinos asentados en el llamado “barrio chino”, en el sector de la Bahía, están molestos porque ahora la competencia les llega de sus propios coterráneos  que, según dicen, cada vez  ingresan  más tras la eliminación del visado a los extranjeros que entró en vigencia en junio.

“¿No los ha visto? Están por todos lados, ya hay mucho chino aquí”. Quien  se queja es  precisamente una de ellos que pide no ser identificada. Su rostro  expresa enojo mientras despacha     a los clientes en el  local de gafas y zapatos. En los  30 años que lleva en la ciudad con su familia asegura que hay preocupación porque grupos numerosos de chinos llegan y alquilan cuartos donde  viven hacinados.

A  Renato del Campo, presidente del Centro de Cooperación Empresarial Ecuatoriano Chino, la situación no le extraña “porque se veía venir”. Agrega que la decisión  de eliminar la exigencia de visas debió ser  analizada a profundidad.

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Argumenta que no hay un principio de reciprocidad, ni garantía de un turismo receptivo, como era el objetivo, porque  primero se debe promocionar el país. Quienes aprovechan son  mafias de trata de migrantes y parientes  de chinos que ya están radicados  y que llegan para unirse a sus familias, refiere.

En efecto, en la Policía de Migración del Guayas se confirma que en los últimos meses se ha incrementado el  ingreso de ciudadanos chinos en calidad de turistas, de los cuales ya hay  detenidos por excederse el tiempo autorizado de permanencia.

En esa situación está Zhang Xiu, quien llegó al país hace cuatro meses y fue detenida  el  jueves. Un familiar de la joven explicaba a los policías que ya iniciaron el trámite de su visa.

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La entrada de  chinos como turistas se disparó en lo que va de este año, aunque no todos regresan a su país. Datos del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos  y de la Policía de Migración revelan que  4.855 asiáticos entraron en el 2007 y  salieron 4.453. Sin embargo, de  enero a septiembre pasado, de 10.563 ingresos, solo 4.829 retornaron.  

En tanto,  la Dirección Nacional de Extranjería informa que de enero a octubre pasado unos 74 chinos iniciaron los   trámites para la obtención de visa, de los cuales 50 piden la de categoría 9-6, que se concede a extranjeros que tienen  familiares  residentes.  En el mismo periodo, 32 visas fueron aprobadas.

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Alrededor de unos 40 mil ciudadanos chinos se estima que residen en el país, principalmente en Los Ríos, Guayas, Pichincha y El Oro, refiere Alfonso Chum Jurado, presidente de la Sociedad de Beneficencia de la Colonia China.

El dirigente de la organización, que en septiembre cumplió cien años de creada en esta ciudad, agrega que la llegada de los primeros ciudadanos chinos al país se remonta a 1870.

La mayoría de asiáticos proceden de las zonas de Canton, Fujian, en la región costera sur de China, también de Shan dong y Shanghai, dice Wesley Zeng, presidente de la agencia de viajes Dragon Tour.

Casi la totalidad de clientes son ciudadanos chinos que viajan por comercio y negocios, el turismo es poquísimo, refiere el directivo de la agencia ubicada en el sector de la Bahía.

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El aumento del ingreso de chinos preocupa incluso al embajador de ese país, Cai Runguo, quien pidió al Gobierno exigir nuevamente el visado como requisito para el ingreso de turistas al país porque, según afirmó, “no todos los que vienen son turistas, comerciantes, empresarios o inversionistas”.

Si la medida inquieta a los propios chinos, entre los comerciantes locales  la situación se califica de  preocupante.

“Ya no hacen  solo la venta al por mayor, sino también al por menor, que es peor porque nos cortan todos los espacios”, se queja Ángel Bazurto, presidente de la Asociación de  Comerciantes Minoristas de la Bahía.

Cai Runguo
embajador de china

“En China hay oportunidades, pero  los jóvenes   se ven atraídos por la  cultura occidental y van en busca de otro tipo de vida y de  conocer el mundo”.