Ayer soñé y en mi sueño vi un monumento a Nebot y Correa dándose la mano al embarcarse hacia la solidaridad, la justicia y el desarrollo, proclamando una segunda independencia de las cadenas de partidos políticos, grupos de poder, agentes de represión y gentes ancladas en visiones miopes de un pasado oprobioso. En este sueño pude entender lo mucho que pueden hacer dos manos que se juntan y dos hombres que deciden jugarse el futuro del Ecuador en equipo, sepultando el tradicional “mano a mano”. No quiero despertar de este sueño.

Jorge Luis Borges nos regala oportunas reflexiones: “Cada hombre encuentra el camino que antes imaginó en su mente. Después de un tiempo uno aprende la sutil diferencia entre sostener una mano y encadenar un alma; aprende que el amor no solo significa acostarse con alguien y que una compañía no significa seguridad; que los besos no son contratos y los regalos no son promesas; uno empieza a aceptar sus derrotas con la cabeza en alto y los ojos abiertos.

“Con el tiempo también aprendemos que las palabras dichas en un momento de ira pueden seguir lastimando durante toda la vida a quien herimos con ofensas. Con el tiempo uno aprende que disculpar cualquiera lo hace, pero que perdonar es solo de almas grandes. Con el tiempo nos damos cuenta de cada experiencia vivida con cada persona; aprendemos que el que humilla o desprecia a un ser humano, tarde o temprano, sufrirá las mismas humillaciones o desprecios multiplicados al cuadrado.

“Con el tiempo veremos que aunque seamos felices con los que están a nuestro lado, añoraremos con intensidad a los que ayer estaban con nosotros y ahora se han marchado. Con el tiempo aprendemos que intentar perdonar o pedir perdón ante una tumba, decir que amamos, que extrañamos, que necesitamos, o que queremos ser amigos, ya no tiene ningún sentido… Todo esto desafortunadamente lo aprendemos con el paso del tiempo.

“¡Oh inexorable tiempo que todo te lo llevas menos el sufrimiento!”.

Alguien puede pensar que un monumento que perennice un apretón de manos de Correa y Nebot bien puede ser un insulto a la racionalidad, al cálculo político o la superficialidad que nos envuelve. ¡Cuántos sinsabores podemos evitarnos construyendo puentes, rompiendo barreras, originando nuevos modos de entendernos y también de discrepar!

¡Loor al 9 de Octubre, fuente fresca de libertad e hidalguía!